El Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU, Mons. Bernardito Auza, declaró que "la brecha entre los países muy ricos y los pobres continúa creciendo", y que la familia y los jóvenes son dos pilares para reducir la pobreza y alcanzar el desarrollo.
Durante el 57º período de sesiones de la Comisión de Desarrollo Social, Mons. Auza abordó las desigualdades y los desafíos para la inclusión social mediante políticas fiscales, salariales y de protección social.
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"Los niveles de desigualdad entre países ha crecido en muchas regiones del mundo", por lo que "disminuye la movilidad económica intergeneracional e impacta el crecimiento económico en la reducción de la pobreza", expresó el Arzobispo.
En ese sentido, dijo que dos pilares importantes para el desarrollo son los jóvenes y la familia.
Para ello recordó el discurso del 7 de enero del Papa Francisco al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el que afirmó que "los jóvenes son nuestro futuro y la tarea de la política es allanar el camino para el futuro".
El Santo Padre también pidió a los gobiernos invertir en iniciativas seguras para el futuro de los jóvenes, que les permita tener empleo y atender las necesidades básicas de sus familias.
"En este sentido, la Santa Sede no puede dejar de insistir en que la educación inclusiva de calidad", para los niños y jóvenes de situaciones socioeconómicas desfavorecidas, "es un instrumento fundamental para reducir las desigualdades", explicó el Mons. Auza.
Mons. Auza aseguró que las políticas basadas en la familia "son inversiones que la catalizan para contribuir a la formación de las generaciones futuras y a la atención de los miembros más vulnerables de nuestra sociedad".
Agregó que es "fundamental reconocer a las mujeres por su gran contribución al desarrollo, que garantiza una mayor igualdad entre el hombre y la mujer, que incluya igual retribución por un mismo trabajo, equidad en la carrera profesional y protección a las madres".
Finalmente citó las palabras del Papa Francisco durante la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, donde aseguró que "'otro mundo es posible', y para que esos sueños sean realidad, es necesario abordar las desigualdades y los desafíos de la inclusión social. Esta Comisión es un paso esperanzador en esa dirección".