Pese a la derrota de los terroristas del Estado Islámico (ISIS) en Irak, muchos cristianos no regresan a sus hogares ya que ahora enfrentan otras amenazas en distintos lugares del país, como la ciudad de Bartella, que antes era totalmente cristiana y que ahora es controlada por una facción chiíta de musulmanes conocida como Shabak.
El Estado Islámico fue derrotado en 2017, pero menos de un tercio de las 3.800 familias cristianas que vivían en Bartella han vuelto. Esto se debe, según informa Associated Press (AP) a que ahora enfrentan una serie de amenazas por parte de los Shabak, que también fueron perseguidos por ISIS.
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El P. Behnam Benoka, sacerdote de la parroquia St. George, denunció que entre estas amenazas están los abusos sexuales cometidos por miembros de Shabak contra mujeres cristianas.
"Desde la liberación de la Llanura del Nínive y el regreso de las familias, hemos sufrido el acoso de algunos que rigen el área. Especialmente las mujeres, ellas son acosadas e incluso algunas niñas han sufrido esto".
Iqbal Shino, que volvió a Bartella con su familia en noviembre de 2017, señaló que sufrió un abuso sexual en un mercado. Aunque denunció al sujeto ante la policía, finalmente decidió retirar los cargos para evitar mayores problemas.
Qusay Abbas, representante de los Shabak en el parlamento en Bagdad, comentó que este tipo de hechos no son algo general, sino eventos aislados. "Los Shabak y los cristianos han sido obligados a huir. Ambos han sufrido colectivamente y por eso le digo a los hermanos cristianos que no crean los rumores ni los discursos sectarios de aquí y allá. Estos son asuntos simples que pueden resolverse, solo necesitamos sentarnos juntos", afirmó.
El P. Benoka dijo que "desafortunadamente todos creen que el Daesh (ISIS) fue el más grande y el único obstáculo a la presencia cristiana en su tierra ancestral, pero eso no es así. Hemos sufrido debido al desplazamiento forzado desde la década de 1980".
Ese desplazamiento comenzó cuando Saddam Hussein expropió tierras de los cristianos para dárselas a las familias de los soldados que murieron en la guerra con Irán. Luego volvió a hacerlo en el año 2003 con otras tierras de cristianos entregadas a los familiares de los caídos de los Shabak, tras la guerra con Estados Unidos.
Ahora los Shabak han vuelto mayoritariamente a sus hogares, mientras que los barrios cristianos siguen casi desiertos.
Otro de los problemas es el de la seguridad, que ahora depende de las Fuerzas Populares de Movilización, que son dirigidas por los Shabak. Eso, sumado al retiro de las Unidades de Protección del Nínive (UPN), que estaba compuesta por cristianos, se convierte en otro obstáculo para el regreso de los fieles a Bartella.
Ammar Shamoun Moussa, jefe de las UPN, dijo a AP que "el cristiano es el nexo más débil en la sociedad iraquí. Cualquier presión o cualquier ruptura siempre lo afectará en una cadena y por esa razón hay temor por el futuro, a lo desconocido. Cuando haya estabilidad y una ley en el territorio creo que muchas familias volverán".
Salim Hariyahos Salman es un cristiano que volvió en 2017 a Bartella y que pudo reconstruir su vida con la ayuda de una ONG, pero ahora lamenta haber regresado. "Es una situación psicológica, la situación de la seguridad juega con la mente de uno. Voy a algunos lugares y escucho cosas, tal vez esto o aquello sucedió en los cafés o en el casino. Dicen que el Daesh va a regresar, dicen que otro viene. Dicen que, si es verdad o no, no lo sé; y esto juega con la mente de la persona que vive aquí", expresó.
Habiba Kiryaqos, una cristiana ortodoxa de 72 años señala por su parte que "realmente quiero ir a Bartella, pero tengo miedo de que ellos (ISIS) regresen y nos ataquen".