El Papa Francisco recibió al presidente de Microsoft, Brad Smith, en forma privada este 13 de febrero en la Casa Santa Marta.
Según informó el Director interino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Alessandro Gisotti, el presidente de Microsoft estuvo acompañado por el Presidente de la Pontificia Academia por la Vida, Mons. Vincenzo Paglia.
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En un comunicado, Gisotti dijo que Smith abordó la cuestión de la "inteligencia artificial al servicio del bien común y de algunas actividades para cerrar la brecha digital que aún persiste a nivel mundial".
Además, durante la reunión los presentes informaron al Santo Padre que la Pontificia Academia para la Vida promoverá junto a Microsoft un premio internacional sobre "la ética en la inteligencia artificial", tema que abordará la Asamblea de la Academia en el año 2020.
La próxima Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida se llevará a cabo del 25 al 27 de febrero de 2019 en el Vaticano sobre el tema "Robótica. Personas, máquinas y salud", mientras que la Plenaria sobre "inteligencia artificial" será en 2020.
En una entrevista concedida a L'Osservatore Romano, Smith dijo que la tecnología evoluciona tan rápidamente que quienes crean inteligencia artificial no necesariamente saben "cómo abordar mejor el papel que deben desempeñar en la sociedad".
"Esta es la razón por la cual las personas en el gobierno, los académicos, los empresarios, los actores de la sociedad civil y otras partes interesadas deben unirse para ayudar a moldear este futuro. Y cada vez más necesitamos hacerlo no solo como una sola comunidad o país, sino a nivel mundial. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de participar, y también un papel importante que desempeñar", dijo Smith.
En este sentido, Brad Smith sugiere que se realice una plataforma sólida, pero primero se deben asegurar de que "esta tecnología y las organizaciones que la desarrollan y la utilizan estén regidas por el Estado de derecho".
"Los empresarios, legisladores, investigadores, académicos y representantes de grupos no gubernamentales deben trabajar juntos para garantizar que las tecnologías basadas en inteligencia artificial se diseñen y desarrollen de manera tal que se gane la confianza de las personas que los usan y de las personas cuyos datos se recopilan", afirmó.