El sacerdote José Francisco Núñez Calisto, investigado por denuncias de abusos sexuales, fue encontrado sin vida dentro de la casa en la que vivía en Puerto Montt, al sur de Chile.
La cuñada del P. Núñez Calisto, Marcela Tignao, encontró su cuerpo la noche del 8 de febrero al interior de su casa.
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En diálogo con la prensa local, el Comisario Franco Cárdenas, de la Policía de Investigaciones (PDI), señaló que las investigaciones realizadas apuntan a que "en la muerte de esta persona no existe intervención de terceras personas", y dijo que el cuerpo del sacerdote "presenta lesiones cortantes en sus antebrazos".
"El arma se encontró en el lugar, se levantó, se va a periciar, se va a remitir para pericia bioquímica", dijo.
Las investigaciones preliminares, reiteró, apuntan a que "se trataría de un suicidio".
Además, indicó que en el lugar se encontró "un documento", que al ser parte de la investigación permanece en reserva.
Cuando se tenga mayor información, cuando se pueda haber periciado este documento, les informaremos oportunamente".
El Arzobispado de Puerto Montt tiene abierta una investigación previa sobre el P. Núñez Calisto desde septiembre de 2016. En julio de 2018 le fue notificada la restricción del ejercicio público de su ministerio sacerdotal y otras medidas cautelares.
A fines de ese mes, el P. Núñez Calisto remitió una carta al Arzobispado dirigida al Papa Francisco, en la que solicitaba dejar el ministerio. En otra misiva presentó sus descargos sobre las acusaciones contra él.
En junio de 2018, el Papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Cristián Caro Cordero, Arzobispo de Puerto Montt, y nombró como Administrador Apostólico de la arquidiócesis chilena al P. Ricardo Basilio Morales Galindo.
En un comunicado publicado el 9 de febrero de este año, el P. Morales Galindo expresó el "profundo impacto" que le produjo enterarse de la muerte de Núñez Calisto.
"Me estremece hoy, de un modo singular, que un hermano sacerdote haya llegado a vivir una angustia a tal límite", señaló.
"Es comprensible que en situaciones de esta naturaleza nos invadan preguntas y cuestionamientos. Con humildad, les invito a que hagamos lo que Cristo haría en nuestro lugar. No condenaría ni reprocharía. No adelantaría juicios ni buscaría responsables", añadió el sacerdote.