El presidente del Comité de Actividades Provida de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), Mons. Joseph Naumann, lamentó que el Senado no aprobara una ley para rechazar el infanticidio y que garantizaría la defensa de la vida de los bebés que sobreviven a un aborto.
El lunes 4 de febrero el Senado de Estados Unidos no aprobó la Ley de Protección a los Sobrevivientes del Aborto Nacidos Vivos, una norma que garantizaría que un bebé nacido vivo después de un aborto reciba el mismo grado de cuidado que cualquier otro.
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La norma tuvo el apoyo de los republicanos pero el rechazo de los demócratas. "¿Esta es realmente la visión social del partido demócrata? No puedo imaginar una visión menos justa y menos consistente con la bondad y compasión del pueblo estadounidense", resaltó el senador republicano Josh Hawley.
"El Senado de Estados Unidos tuvo la oportunidad de declarar unánimemente a la nación que el infanticidio es objetivamente incorrecto. Que no lo hayan hecho es inconcebible", afirmó Mons. Naumann en una declaración dada a conocer por el sitio web de la USCCB.
El también Arzobispo de Kansas City dijo que ningún recién nacido debe ser dejado morir sin atención médica. "Es bárbaro e implacable dejar a estos bebés vulnerables sin ningún tipo de cuidado o derechos", agregó.
El proyecto de ley establecía que "cualquier profesional de la salud que esté presente" al momento del nacimiento tras un aborto fallido, "debe ejercer el mismo grado de profesionalismo y diligencia para preservar la vida y la salud del niño, del mismo modo que haría con cualquier otro niño nacido vivo a la misma edad gestacional".
También indicaba que el profesional de la salud "debe asegurarse que el niño nacido vivo sea inmediatamente llevado y admitido en un hospital".
Esta precisión se hace considerando que las clínicas de aborto, donde el procedimiento suele ser el quirúrgico, no suelen tener otro tipo de atención distinta a las relacionadas con esta práctica. Además, en algunas solo proporcionan los fármacos que inducen al aborto y anticonceptivos.
El proyecto rechazado proponía que si un profesional de la salud ignoraba estas medidas, podría afrontar cargos penales.
Ben Sasse, senador republicano de Nebraska que presentó el proyecto de ley, dijo que este no tiene que ver con "la rivalidad entre demócratas y republicanos. Estamos más allá de eso. Todos en el Senado debieron decir inequívocamente que el pequeño bebé merece vivir, que tiene derechos y que matarlo está mal".
Sasse también se refirió la reciente ley aprobada en el estado de Nueva York que permitirá acabar con la vida de un bebé por nacer durante todo el embarazo o dejarlo morir si sobrevive al aborto. En Virginia se quiere aprobar una norma similar.
El gobernador de Virginia, Ralph Northam "es un cobarde que tiene una malísima perspectiva del ser humano que no le permite decir esta verdad básica: está mal dejar morir a los bebés que nacen vivos", dijo Sasse.
Por su parte, la senadora demócrata Patty Murray de Washington, señaló que "ya tenemos leyes que están contra el infanticidio en este país. Esta es una gruesa malinterpretación del verdadero sentido de la ley que se pide considerar. Por lo tanto la objeto".
En su declaración, Mons. Naumann indicó que "el Congreso debe reaccionar y aprobar esta ley para asegurar que el legado de Roe vs Wade no pase de matar a bebés por nacer a matar bebés recién nacidos".