El Cardenal Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona (España) explicó en su carta pastoral semanal la importancia de que se consiga un consenso duradero en materia educativa y se dejen de lado "los constantes vaivenes legislativos en la materia" que, según afirma, "puede provocar un desconcierto nada positivo".
"Un buen modelo educativo debe colaborar con los padres en la misión de formar personas íntegras, fraternas, capaces de amar y de ser amadas", precisa el Purpurado.
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Por eso subraya la necesidad de exigir también "el respeto a la diversidad y que posibilite a cada uno alcanzar su mayor desarrollo", un respeto a la libertad que "no es entonces una opción política, sino una necesidad en la raíz misma de la educación" y que además puede ser un "buen modelo educativo es el mejor camino para la cohesión social y la equidad".
De esta manera, el Cardenal Omella subraya que "uno de los muchos retos que afronta nuestro sistema educativo es el debate público sobre la enseñanza de la religión y el respeto a la libertad de elección del modelo educativo por parte de las familias".
Un debate, que según asegura está ya "en gran parte resuelto por nuestro ordenamiento jurídico" ya que según la constitución española reconoce la libertad religiosa y la aconfesionalidad del Estado "en el marco de la llamada laicidad positiva".
Además subrayó que en el artículo 27 de la Constitución se reconoce "la libertad de enseñanza al mismo nivel que el derecho a la educación y el derecho de los padres a que sus hijos reciban formación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones".
En cuanto al derecho a la libertad de elección de modelo educativo, el Cardenal Omella también aseguró que "la sociedad civil tiene el derecho a pedir una educación religiosa y también a ofrecerla", y con ello se garantiza a los padres "el derecho a escoger una educación religiosa o bien un modelo que no lo sea".
Por eso destacó que "la presencia de la opción religiosa en la escuela pública garantiza la neutralidad del Estado respecto al derecho de los padres a que sus hijos puedan recibir formación religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones".
También subrayó que "la libertad de elegir escuela y educación religiosa, lejos de ser un inconveniente, puede ser una solución a dicotomías innecesarias que no abordan los problemas reales de nuestro sistema educativo".
E insistió en que "con buena voluntad, se pueden encontrar muchas fórmulas posibles que garanticen la libertad de las familias para escoger el proyecto pedagógico que prefieran".
De esta manera, el Cardenal mostró su deseo de que se alcance a un "consenso duradero en el modelo educativo que acabe con las desigualdades, promueva una formación integral de los jóvenes y garantice una libertad de elección real para las familias".