A pesar de las 48 horas seguidas de viaje, que implicó pasar por Rusia y Cuba, los peregrinos de Vietnam que llegaron a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Panamá 2019 aseguraron que valió el esfuerzo para vivir "una gracia de Dios".
La República Socialista de Vietnam, en el sureste asiático, es un país comunista con represivas medidas contra la fe. Solo el 8% de los habitantes del país se declaran cristianos.
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Una de las figuras más prominentes de la Iglesia en Vietnam fue el Cardenal Francois-Xavier Van Thuan, encarcelado 13 años solo por ser católico. En 1988 fue excarcelado, pero puesto bajo arresto domiciliario.
Dos años después, el régimen comunista le permitió viajar a Roma, pero no le autorizaron el regreso. Vivió exiliado en Italia hasta 2002, año en que murió de cáncer.
En diálogo con ACI Prensa, el P. Francis, sacerdote franciscano vietnamita, señaló que "hay un conflicto muy fuerte entre el Gobierno y las religiones, porque los comunistas no creen en Dios".
"Sin embargo seguimos ahí por cientos de años, y el número de cristianos, especialmente católicos, está aumentando año tras año. Así que estoy muy feliz".
"Incluso a pesar de que enfrentamos muchos desafíos, sabemos que Dios nos acompaña y nos bendice", aseguró.
El P. Francis nació en Vietnam hace 46 años, fue bautizado siete días después y entró a la Orden de Frailes Menores (OFM) a los 20 años de edad. "Estoy muy feliz de ser católico y sacerdote", aseguró.
"Al comienzo no estaba seguro de que Dios me llamaba, pero paso a paso reconocí el llamado de Dios a ser un fraile religioso", dijo.
El sacerdote franciscano señaló que entre los conflictos que enfrentan las comunidades religiosas están que no pueden celebrar Misa solemne, como en Navidad o Pascua, sin permiso previo del Gobierno. Y en ocasiones son obligados a abandonar determinadas comunidades.
Además, para no entrar en conflicto directo con las autoridades prefieren no usar el hábito en ambientes públicos, sino "solo cuando estamos en la iglesia o en el área de la iglesia".
Sin embargo, a pesar de las dificultades, el P. Francis aseguró que fue una gran oportunidad, permitida por su superior provincial, llegar a la JMJ Panamá 2019.
"Esta es una misión", dijo, así como "una gracia de Dios, que me dio esta oportunidad de descubrir nuevas vidas, especialmente en esta zona, en Panamá. Y estos días que estoy aquí están llenos de gracias para mí".
"Aunque esté cerca o no del Papa, no importa. Lo veo, lo escucho, lo veo en el video, me está hablando. Y me habla directamente a mí", aseguró.
Al finalizar, el sacerdote pidió a todos los fieles que "recen por Vietnam".