Los Obispos de Filipinas han condenado el brutal atentado terrorista que en la mañana de este domingo 27 de enero ha causado la muerte a 20 personas y heridas a al menos otras 100 en la Catedral de Nuestra Señora del Monte Carmelo de la localidad de Jolo, Filipinas.
El atentado con bomba se produjo a la salida de la Misa dominical, cuando los fieles abandonaban la Catedral, lo que provocó que los fieles se lanzaran en estampida hacia la puerta principal. Como respuesta al atentado un destacamento de soldados se desplazó hasta el lugar, momento en que se produjo una segunda explosión.
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Este ataque contra la comunidad cristiana se produce en una zona de Filipinas, en una isla situada al sur de Manila, de mayoría musulmana, donde hace unos días se celebró un plebiscito para crear la Región Autónoma de Bangsamoro en el Mindanao Musulmán.
La creación de esta entidad autónoma pretende poner fin al conflicto entre el gobierno y la comunidad musulmana. Según las primeras investigaciones, el ataque contra la Catedral buscaría frustrar la paz.
En un comunicado de la Conferencia Episcopal de Filipinas, los Obispos afirman haber recibido con tristeza las noticias del atentado.
"Enviamos nuestras condolencias a las familias de los numerosos soldados y civiles asesinados por la explosión. También expresamos nuestra cercanía a todos los heridos y extendemos nuestra solidaridad a todos los que estaban presentes en la Catedral y al resto de la comunidad eclesial del Vicariato Apostólico de Jolo".
Al mismo tiempo, "condenamos este acto de terrorismo producido tan solo unos días después del plebiscito sobre la Ley Orgánica de Bangsamoro".
Asimismo, piden a los fieles cristianos "que unan sus manos con todos los musulmanes amantes de la paz y con las comunidades de los pueblos indígenas en la defensa contra el extremismo violento".
De esa manera, los Obispos Católicos pretenden que este ataque no provoque una violencia interreligiosa que pueda malograr "esta nueva fase que comienza en el proceso de paz con la creación de la Región Autónoma de Bangsamoro en el Mindanao Musulmán".
El comunicado finaliza pidiendo "que todas nuestras religiones de paz puedan guiarnos en nuestra búsqueda de un futuro luminoso para los pueblos de Mindanao".