Cuatro jóvenes de diferentes países presentaron al Papa Francisco los testimonios de vida de los ochos santos y beatos patronos de la Jornada Mundial de la Juventud de Panamá 2019, durante la Ceremonia de acogida y apertura que se celebra este 24 de enero.
En el Campo Santa María la Antigua los jóvenes expresaron algunas características y virtudes de los santos y beatos, como fue el caso de San Juan Pablo II y San Juan Diego, presentados por Ana Lucía Reyes Vargas de México.
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La joven manifestó que la vida de San Juan Pablo II es "testimonio de su fe inquebrantable, el amor por la Iglesia, su firme decisión de mostrarle al mundo el rostro joven de Cristo. San Juan Pablo II nos enseñe a amar a María, la Madre de la Iglesia, a entender cómo en el corazón de un Papa anciano puede brillar la eterna juventud que da esperanza".
Acto seguido se escuchó la frase que el Papa Juan Pablo II pronunció en su visita a Chile en abril de 1987 frente a millones de personas: "No tengáis miedo de mirarlo a Él", dijo en esa ocasión.
En tanto, el indígena San Juan Diego, "un hombre sencillo, hijo de nuestra América, subió hasta el cerro del Tepeyac para recoger, en unas rosas nacidas en invierno, nuestra Madre, la Señora que nos trae la luz del evangelio, la paz de su Hijo y la alegría de saber que todos somos hermanos si abrimos el corazón al amor de Dios".
Luego fue el turno de presentar las vidas de San Martín de Porres y Santa Rosa de Lima, a cargo de Kelly Carranza Casana de Perú.
"San Martín de Porres representa la mezcla de razas, la belleza morena de un corazón lleno de Dios, de una vida limpia, generosa, llena de caridad y de cercanía a los pobres. Ojalá recordemos siempre que, en este fraile humilde, Dios nos da una lección de amor, de pureza, de grandeza", dijo Kelly.
Acto seguido la joven habló de Santa Rosa de Lima, "virgen orante, primera flor de santidad de América. Joven alegre que iluminó su vida con la cruz de Cristo, a quien amó con entrañable piedad, con su vida silenciosa y sacrificada, con su amor ferviente. Nos propone la belleza de una vida limpia y pura, en contraste a un mundo apasionado que no ofrece la verdadera alegría".
A continuación, Jackson François de Haití presentó en creole, su idioma de origen, a San Juan Bosco y Beata Sor María Romero.
El joven expresó que San Juan Bosco "hizo de su vida un regalo de luz para los jóvenes. Con una alegría desbordante entendió que la juventud necesitaba un Dios cercano, amoroso, paciente, lleno de bendiciones para todos. Cuánto necesitamos esta alegría en un mundo como el nuestro marcado por rostros tristes y sin esperanza. Que él nos enseñe a proclamar la victoria de la bondad y el triunfo de la paciencia humilde".
Jackson también explicó que la Beata Sor María Romero "enseña que el servicio con amor puede hacer plena la vida, que la entrega a los pobres nos libera de nuestros egoísmos, nos llena de paz, nos hace servidores de la misericordia y nos motiva a responder desde cada vocación al llamado de la santidad".
San Oscar Arnulfo Romero y San José Sánchez del Río fueron presentados por Enrique Menjivar Ortega de El Salvador.
El joven se dirigió al Papa y explicó que San Oscar Romero se hizo santo "no solo por su martirio, coronación de una vida de amor por los pobres, por los que sufren, sino porque siempre iluminó su vida con la alegría de ser pastor que acompaña, que comprende, que entrega la vida. Junto al altar derramó su sangre y sabemos que ruega por la paz. La violencia nunca será el camino".
En tanto, destacó que José Sánchez del Río vivió una vida "coherente, gozosa, sencilla. Es un joven como nosotros, su último camino en este mundo lo recorrió con los pies desollados, dejando sobre la tierra las huellas ensangrentadas que recuerdan los pasos de Cristo hacia la cruz. Queremos que él nos enseñe a los jóvenes a caminar con rectitud, iluminados por el amor de María, Nuestra Señora de Guadalupe, Estrella de la Evangelización", agregó el joven.
Con la Ceremonia de acogida y apertura culmina el segundo día de la visita del Papa Francisco a Panamá. En la mañana se reunió con las autoridades locales y con los obispos centroamericanos.
Para mañana Francisco presidirá la Liturgia penitencial con los jóvenes privados de libertad y el Vía Crucis.