El Papa Francisco exhortó a los dirigentes y al personal de la seguridad pública que trabaja en el Vaticano a "perseverar en buscar el mejor estilo operativo, esforzándose por acoger a todos con paciencia y comprensión, también en aquellos momentos en que se siente el cansancio o el peso de las situaciones desagradables".
Así lo dijo durante la audiencia realizada en la Sala Clementina del Vaticano este 17 de enero, mientras que renovó su "profunda gratitud por el servicio encomiable" que ofrecen diariamente a la Sede Apostólica y a la Ciudad del Vaticano.
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En su discurso, el Santo Padre recordó las festividades de la Navidad y la Epifanía, celebradas hace poco, que "nos han dado la posibilidad de meditar una vez más sobre el evento del nacimiento y de la manifestación de Cristo sobre la tierra".
"Su venida entre nosotros nos revela la impensable cercanía de Dios al hombre y el inmenso amor que Él tiene por nosotros. Su presencia da sentido a nuestra vida y nos estimula la esperanza, ayudándonos a alzar la mirada más allá de las dificultades y los problemas de cada día. Al mismo tiempo, nos empuja a la caridad, a vivir nuestras relaciones con una actitud fraterna y misericordiosa, especialmente con las personas que sufren la enfermedad, el abandono y la marginación", afirmó.
Asimismo, el Papa subrayó al personal de seguridad la actitud "de cercanía a las personas, típico de su trabajo, que tienen la posibilidad de testimoniar cada día" a peregrinos y turistas que visitan la Basílica de San Pedro.
"Es comúnmente reconocida su competencia y sabiduría en el afrontar las diversas situaciones, también aquellas más críticas" dijo el Pontífice quien agradeció por su "profesionalidad y su generosidad".
Además de recordar el servicio cotidiano de día y de noche en la Plaza de San Pedro, el Papa agradeció la disponibilidad y la "eficaz colaboración" que realizan en las diversas visitas pastorales en las parroquias y otras comunidades de Roma, así como también en otras ciudades italianas.
Por último, el Papa Francisco les pidió esforzarse "por cuidar las raíces culturales de la ciudad, de la patria, de la cultura", porque aseguró que esta civilización tiene el peligro de 'desenraizarse' y las "raíces son las que nos dan identidad".
Al finalizar, el Santo Padre los encomendó a la "materna intercesión de María Santísima" y les deseó tenerla siempre cerca en su trabajo, así como también que sostenga a sus familias.