El ex Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, Mons. Carlo Maria Viganò, escribió una carta pública al excardenal Theodore McCarrick para pedirle que se arrepienta públicamente de los abusos sexuales y de la mala conducta de los que está acusado.
"Usted, paradójicamente, tiene a su disposición un inmenso don de gran esperanza de parte del Señor Jesús; usted está en condiciones de hacer un gran bien a la Iglesia. De hecho, ahora está en condiciones de hacer algo que se ha vuelto más importante para la Iglesia que todas las cosas buenas que hizo por ella durante toda su vida ", escribió Mons. Viganò en la carta del 13 de enero a McCarrick.
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"Un arrepentimiento público de su parte procuraría una medida significativa de sanación a una Iglesia gravemente herida y sufriente. ¿Está dispuesto a ofrecer a la Iglesia este don? Cristo murió por todos nosotros cuando aún éramos pecadores (Ro. 5: 8). Él solo nos pide que respondamos arrepintiéndonos y haciendo el bien que se nos ha dado a hacer", añadió.
McCarrick, de 88 años, fue acusado en los últimos meses de abusar sexualmente de al menos dos adolescentes y de tener durante décadas comportamientos sexuales coercitivos hacia sacerdotes y seminaristas.
Las acusaciones se hicieron públicas por primera vez en junio de 2018, cuando la Arquidiócesis de Nueva York informó que consideraba creíble una acusación de que McCarrick abusó sexualmente de un adolescente en la década de 1970, mientras se desempeñaba como sacerdote de Nueva York.
En julio de 2018, el Papa Francisco aceptó la renuncia de McCarrick al Colegio de Cardenales.
En su carta, Mons. Viganò recordó a McCarrick que está sujeto en el Vaticano a un proceso administrativo canónico supervisado por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Se espera pronto un veredicto. Si es declarado culpable, McCarrick sería expulsado del estado clerical.
"Cualquiera que sea la decisión que tome la autoridad suprema de la Iglesia, lo que realmente importa y lo que ha entristecido a quienes lo aman y oran por usted, es el hecho de que durante estos meses no ha dado ninguna señal de arrepentimiento", expresó el ex Nuncio.
"Estoy entre aquellos que rezan por su conversión, para que se arrepienta y pida perdón a las víctimas y a la Iglesia", añadió.
Esta es la más reciente en una serie de cartas que Mons. Viganò ha emitido en los últimos meses, comenzando con un "testimonio" publicado el 25 de agosto de 2018 en el que alega que la supuesta mala conducta sexual del entonces Cardenal McCarrick había sido conocida por algunos funcionarios del Vaticano durante años.
Según la misiva, esto finalmente condujo a una restricción en el ministerio del arzobispo por parte de Benedicto XVI a fines de la década de 2000, y una subsecuente restauración del lugar de McCarrick como consejero papal por parte del Papa Francisco.
El "testimonio" de Mons. Viganò en agosto desató una oleada de debates, especialmente cuando numerosos funcionarios de la Iglesia en el Vaticano y los Estados Unidos se expresaron sobre la veracidad de los cargos del arzobispo.
Además de las cartas adicionales de Mons. Viganò, también se pronunció el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, que en octubre de 2018 acusó al exnuncio de sembrar confusión y división en la Iglesia. Mons. Viganò respondió argumentando que actuaba por el bien de la Iglesia.
Desde que surgió la primera carta, el Papa Francisco ha sostenido que no responderá a los cargos de Mons. Viganò y, en cambio, ha alentado a los periodistas a investigar estas denuncias.
Hasta la fecha, algunos aspectos del testimonio del exdiplomático parecen haber sido verificados, mientras que otros siguen siendo controvertidos o no han sido probados, y algunos han demostrado ser exagerados o poco probables.
La carta más reciente de Mons. Carlo Maria Viganò, sin embargo, difiere de sus anteriores escritos, pues en la última misiva se enfoca por completo en asuntos espirituales, y está dirigida a McCarrick, quien mantiene su inocencia, y ahora vive en un convento franciscano en Kansas.
"Le imploro, arrepiéntase públicamente de sus pecados, para que la Iglesia se regocije y usted tenga a presentarse delante del tribunal de Nuestro Señor limpiado por Su sangre. Le ruego, no haga vano para usted Su sacrificio en la cruz. Cristo, Nuestro Buen Señor, sigue amándole. Ponga toda su confianza en Su Sagrado Corazón. Y rece a María, como lo estamos haciendo yo y muchos otros, pidiéndole que interceda por la salvación de su alma", expresa el exnuncio.
"El tiempo está por terminar, pero usted aún puede confesar y arrepentirse de sus pecados, crímenes y sacrilegios, y hacerlo públicamente, dado que se hicieron públicos. Su salvación eterna está en riesgo", escribió Mons. Viganò.
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en CNA.