"Quiero regalarle buena música a Dios", afirmó el compositor argentino Miguel Ángel Castellarín, creador de la "Misa en Jazz" que será una de las numerosas actividades a realizarse durante la Jornada Mundial de la Juventud Panamá 2019 (JMJ).
Se trata de un concierto compuesto por distintos cantos litúrgicos de la Misa, interpretados en distintas ramas del jazz.
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Compuesta en 2007, esta obra musical ha recorrido Argentina y otros países de América Latina. El 23 de enero será parte del Festival de la Juventud en el parque San Juan Diego de la ciudad de Panamá.
En entrevista con la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA), Castellarín explicó que "cuando era chico siempre quise tocar jazz en una iglesia. Quería regalarle buena música a Dios".
"Un día, leyendo el diario, encontré un reportaje a Lalo Schifrin, músico argentino que hizo la banda sonora de la película Misión Imposible, donde le preguntaban qué se sentía tocar jazz en el Vaticano. Ese día descubrí que lo que yo quería hacer no era una locura", recordó.
En 2007 "decidí mezclar las cosas que más quiero: La fe y la música. Empezamos a diagramar el esquema de la Misa. En 2012 me reuní con (Jorge Mario) Bergoglio, cuando aún era cardenal, y se la mostré. La primera presentación fue en 2014, en la Usina del Arte. Y en 2016 hicimos una gira por Ecuador".
Castellarín señaló que la propuesta de incluir la Misa en Jazz dentro de la JMJ Panamá surgió a raíz de su sueño de presentar la obra en el Vaticano, motivo por el que fue a entrevistarse con el Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Alejandro Giorgi.
"Él me sugirió que envíe la solicitud para participar en algún espacio de la Jornada Mundial de la Juventud. Un tiempo más tarde, nos confirmaron que, entre 400 propuestas musicales, habíamos sido seleccionados para participar del Festival de la Juventud", indicó.
El compositor detalló que el espectáculo se compone de las canciones ordinarias de la Misa: "Señor ten piedad, que lo tocamos en blues; el Gloria, en salsa; el Credo y el Santo, en swing; el Aleluya, en funk; y el Cordero de Dios, en bossa nova. De este modo, abarcamos todas las ramas del jazz".
La banda la integran 60 músicos que "provenimos de distintas partes del mundo y eso es Dios: hacer una Misa de Él y llevar la Palabra a todo el mundo".
Castellarín confesó que "siempre quise tocar y que la gente baile al ritmo de mi música. Pero esto lo hago en agradecimiento a Dios, por las cosas que me dio. En agradecimiento a mi viejo (padre), que me crió escuchando buena música y me mostró las grandes bandas de jazz".
"Así arrancó todo lo que quería hacer. En la vida hay que dejar una huella y es lo que quiero hacer con la música", dijo el compositor argentino.