"Quería que las personas comprendieran la importancia de la Eucaristía". Con esa frase explica la madre de Carlo Acutis, el adolescente fallecido de leucemia que ofreció su enfermedad por la Iglesia y cuyas virtudes heroicas fueron reconocidas el pasado 5 de julio de 2018, la estrecha relación entre su hijo y la Eucaristía.
En una entrevista publicada por la Agencia SIR, Antonia Salzano, la madre de Carlo, asegura que la noticia de la decisión del Papa Francisco de declarar venerable a Carlo "fue una bella sorpresa. No nos esperábamos esta decisión tan rápidamente".
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Acutis, nacido el 3 de mayo de 1991 en Londres aunque más tarde se trasladaría con su familia a Milán, mostró a lo largo de su vida un gran compromiso con la evangelización y la catequesis. Para ello, además de su implicación en la parroquia, no dudó en poner su afición a la informática al servicio del Evangelio.
De esa manera, creó exposiciones virtuales sobre temas de fe. En concreto, destacó la exposición que realizó cuando tenía 14 años sobre los milagros eucarísticos en todo el mundo. Expertos en informática que han estudiado sus trabajos consideran que, a pesar de ser solo un adolescente, Carlo era un genio de la tecnología.
Gracias a ello, Carlo consiguió una notable influencia en la difusión de la fe, y muchos educadores y catequistas continúan usando aún hoy las herramientas ideadas por él para difundir el Evangelio.
En la entrevista con SIR, su madre explica que, tras hacerse público el reconocimiento de sus virtudes heroicas, "recibimos correos electrónicos de todas las esquinas del planeta. La decisión del Papa es motivo de consuelo para todos aquellos que, jóvenes o educadores, se refieren a Carlo como modelo para evangelizar".
En otra parte de la entrevista, Antonia Salzano habla de la responsabilidad de ser la madre de Carlo Acutis: "Si yo no me santifico, el día de mañana deberá venir mi hijo a buscarme al Purgatorio. Es indudablemente una gran responsabilidad, pero me produce mucha satisfacción ver cuánto bien está haciendo Carlo".
La madre de Carlo explica también que la especial relación de su hijo con la Eucaristía comenzó tras hacer la primera comunión a los 7 años. "Desde aquel momento, nunca faltó a su cita cotidiana con la Misa, y un poco de adoración eucarística antes y después de la celebración".
"Para él era fundamental: si hacíamos un viaje, su preocupación era encontrar una iglesia cerca del hotel. Este amor por la Eucaristía, que él llamaba 'mi autopista para el Cielo', lo llevó a estar presente en la vida parroquial. Alrededor de los 11 años se le pidió ayudar en la catequesis y luego ser catequista".
Cuenta cómo "pasaba las horas preparando los paneles y los escritos. Durante el verano se dedicaba a esto en vez de salir con los amigos. Fue un sacrificio, pero se lo dejaba hacer porque no perjudicaba su vida de estudiante".
Fruto de esa intensa preparación de las catequesis surgió lo que, más tarde, fue denominado como el "kit para hacerse santo": la Misa, la Comunión, el Rosario, la lectura diaria de la Biblia, la confesión y el servicio a los demás.
El objetivo de la santidad queda resumido en una de sus frases: "Nuestra meta debe ser el Infinito, no el finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera".
Cuando descubrió que tenía leucemia, Acutis ofreció sus sufrimientos por el Papa y la Iglesia Católica. Murió el 12 de octubre de 2006 en la fiesta de la Virgen del Pilar, con solo 15 años de edad.
Tras la muerte de Carlo, su madre tuvo otros hijos cuatro años después. En la entrevista señala que, aunque no lo conocieron, sienten a Carlo cercano, "le rezan. Son niños particularmente devotos. La figura de Carlo la viven con serenidad".
Antonia Salzano reflexiona en la entrevista sobre la profunda vida espiritual de su hijo: "Carlo decía que se hacen filas kilométricas para asistir a un concierto o a un partido de fútbol, pero en cambio delante del sagrario está vacío. Nosotros somos más afortunados que aquellos que vivieron con Jesús porque podemos salir de casa y caminar hasta la iglesia más cercana para tener Jerusalén con nosotros".
"Carlo quería que la gente comprendiera este don inmenso. Dios está con nosotros, y esto debe ser motivo de felicidad y de esperanza para todos. Incluso cuando debemos soportar las cruces, porque Carlo decía que 'al Gólgota subiremos todos'. Podemos santificarnos durante ese camino", concluye.