Los obispos de Estados Unidos (USCCB) pidieron al presidente Donald Trump y a los congresistas hallar una solución a la crisis en la frontera con México y llegar a un acuerdo para poner fin al cierre del Gobierno.
"Asegurar las fronteras y tratar humanamente a quienes huyen de la persecución y buscan una vida mejor son dos aspectos que no se excluyen mutuamente. Estados Unidos puede garantizar ambas cosas y debe hacerlo sin inculcar miedo ni sembrar odio. Continuaremos abogando por una reforma migratoria para promover el bien común y abordar estos temas", indica una declaración emitida hoy por el Episcopado y firmada por el Obispo de Austin y Presidente del Comité de Migración, Mons. Joe Vasquez
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El Obispo recordó que los migrantes no son estadísticas sino personas. Por ello, alentó a los legisladores "a mirar más allá de la retórica y recordar la dignidad humana que Dios nuestro Padre nos ha dado a cada uno de nosotros simplemente porque todos somos sus hijos".
"El presidente y los líderes del Congreso necesitan ponerse de acuerdo y terminar el cierre del Gobierno con una solución que reconozca la dignidad del trabajo de los empleados afectados, respete la humanidad de todos sin importar su situación migratoria y proteja la santidad de la vida humana", concluyó.
El cierre de Gobierno
Un "cierre del gobierno" sucede cuando las oficinas consideradas no esenciales cierran debido a que no se aprobó el presupuesto federal para el próximo año fiscal.
El presupuesto lo debe aprobar el Congreso y requiere el acuerdo entre republicanos y demócratas.
Los empleados que trabajan en las oficinas que deben cerrar no reciben paga porque se considera que durante ese periodo están con un permiso especial.
El cierre de Gobierno comenzó el 21 de diciembre de 2018. La principal razón que ha llevado a que esto prosiga es el desacuerdo que existe entre ambos partidos sobre los cinco millones de dólares que solicita Trump para construir el muro fronterizo.
El cierre afecta a cientos de miles de trabajadores públicos.
Declaraciones de Trump sobre los migrantes
El 8 de enero Trump dio una nueva declaración sobre la crisis humanitaria en la frontera con México e hizo un llamado a incrementar la seguridad. Esto fue lamentado por diversos católicos en el país, que también expresaron su preocupación.
Ese día Trump dijo que el 90% de la heroína que ingresa a Estados Unidos entra por la frontera con México. "Más estadounidenses morirán por las drogas este año que los que fueron asesinados en la guerra de Vietnam", dijo el mandatario.
Trump también se refirió a los peligros del camino desde América Central hasta Estados Unidos e indicó que los niños son usados como "peones" por "coyotes viciosos y bandas sin reglas".
Isaac Cuevas, director de inmigración y asuntos públicos de la Arquidiócesis de Los Ángeles, dijo a CNA que está de acuerdo con Trump en que hay una crisis humanitaria en la frontera, pero precisó que sus declaraciones, así como las respuestas de los senadores demócratas no son señales de progreso.
"Ambos bandos están de acuerdo en que el tema de la inmigración ya no puede ignorarse, pero también deben ponerse de acuerdo sobre dónde comenzar el cambio", agregó Cuevas.
"Estos desafíos de la inmigración no desaparecerán con la implementación de barreras, pero todos estamos de acuerdo en que el sistema, especialmente desde el punto de vista legal, está roto y debe arreglarse", resaltó.
Cuevas explicó a CNA que sería una "solución de sentido común" para ambas partes trabajar juntos y crear un plan para fortalecer la seguridad en la frontera y generar un camino hacia la "ciudadanía, para la buena gente que hace contribuciones positivas en nuestras comunidades y en nuestra forma de vida en este país".
Por su parte, el Obispo de la diócesis fronteriza de Brownsville, Mons. Daniel Flores, escribió en su cuenta de Twitter el 9 de enero que "las madres y los niños están huyendo de los elementos criminales que nosotros mismos reconocemos como un peligro mortal. ¿No somos capaces de sostener una respuesta que proteja a los vulnerables y restrinja las amenazas?".
Asimismo, el Cardenal Joseph Tobin, Arzobispo de Newark, indicó el 9 de enero que estaba "muy decepcionado por las palabras deshumanizantes usadas para describir a nuestros hermanos inmigrantes. Estos hombres, mujeres y niños no son números ni estadísticas criminales, sino gente de carne y hueso con sus propias historias. La mayoría huye de la miseria y la violencia brutal que los amenaza".
"Las caricaturas falsas buscan provocar una especie de amnesia que haría que esta gran nación niegue sus raíces de inmigrantes y refugiados", agregó.
Todo esto ocurre cuando los obispos de Estados Unidos celebran, del 6 al 12 de enero, la Semana Nacional de Migración.