En el último día de su visita a Irak como enviado del Papa Francisco, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin aseguró que "el perdón es la base de la reconciliación" y agradeció a los iraquíes por su testimonio de fe cristiana.
Que "el dolor y la violencia sufrida no se transformen nunca en rencor" pidió el Cardenal Parolin durante la Misa celebrada el viernes 28 de diciembre en la Catedral siro-católica de Qaraqosh, una de las principales ciudades devastadas por los terroristas del Estado Islámico, donde hay una gran cantidad de cristianos.
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El Purpurado confió estar contento por poder visitar "esta histórica ciudad, de la cual hemos escuchado hablar los últimos años por las noticias trágicas" y confió que el Papa Francisco le pidió darles sus saludos e impartir su Bendición Apostólica. "Les aseguro que los recuerda cada día en la oración", dijo.
Durante la homilía, el Cardenal Parolin recordó que la comunidad cristiana ha vivido siempre la fe con intensidad, también en medio de dificultades y persecuciones" y remarcó que ellos también han vivido "tribulación, injusticia, traición y la destrucción de todo lo que tenían más sagrado".
El enviado papal recordó cómo la Iglesia y el mundo "asistió con horror" a los hechos del verano de 2014 cuando "fueron forzados a dejar todo y a huir de sus casas" y remarcó que "no negaron su fe" y que como la Santa familia de Nazaret "tomaron el camino del exilio para proteger la vida de sus hijos".
Por ello, aseguró que "sus sacrificios no permanecerán sin fruto. Así como no permaneció estéril el testimonio de tantos mártires que desde los primeros siglos han bañado con su sangre esta tierra", reiteró.
"La respuesta cristiana al don de la filiación divina pasa por el perdón", dijo el Purpurado quien agregó que "vivir el perdón acerca el hombre a Dios". "Ustedes son expertos en el perdón. Es conmovedor saber que muchos han perdonado a quienes les han hecho mal", subrayó.
Sin embargo, el Cardenal Parolin reconoció que "perdonar no es algo fácil" y los animó a ofrecer esta "contribución válida a la Iglesia y a toda la sociedad: pedir y conceder el perdón, iniciando por nuestras cosas, nuestras familias, en los presbiterios y en las parroquias".
"Debe ser un signo tangible de nuestro ser cristianos que, junto a la unidad y la concordia entre los miembros de la misma comunidad, pueda convertirse en testimonio vivo para este mundo turbulento por divisiones y violencias", aseguró.
Asimismo, el Secretario de Estado destacó que su ejemplo de "fidelidad a Cristo en estos años de duras pruebas ha sido conocida por toda la Iglesia" y añadió que despertó "la fe de numerosos cristianos adormecidos por una cultura mundana". "Sepan que la Iglesia los ha apoyado constantemente con la oración y la caridad ".
Por este motivo, el Cardenal Parolin agradeció a las organizaciones caritativas comprometidas para satisfacer las necesidades de las personas y aliviar el sufrimiento de los necesitados, no solo con ayudas materiales, sino también con muchos voluntarios, algunos de ellos presente en esta Misa.
Al finalizar, el Purpurado dijo que en Qaraqosh y en otras poblaciones de la llanura de Nínive se están reconstruyendo casas y muchos ya han regresado. Hecho que es una fuente de alegría y de esperanza para la Iglesia y el país. Sin embargo, agregó que la tarea más difícil no es la reconstrucción física sino "la reconstrucción de la confianza, la recomposición del tejido social desgarrado por las traiciones, por el rencor, el odio".
"¡Ánimo, no tengan miedo!" exhortó, "¡Levántense y comiencen su vida de nuevo porque el mal no tiene la última palabra!", concluyó.
En el verano de 2014, el Estado Islámico tomó Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana de Irak, provocando la huida de decenas de miles de personas de esta y otras zonas aledañas que fueron abandonadas por las tropas kurdas que trataron de detener este avance.
Los yihadistas invadieron la zona y forzaron a los cristianos a irse ya que los amenazaban de muerte si rechazaban convertirse al Islam o los forzaban a pagar un impuesto de sumisión. Incluso en ciudades como Mosul, los cristianos fueron traicionados por sus vecinos y amigos musulmanes.
A mediados del 2014, vivían en Qaraqosh 50 mil personas. Tras la huida de los cristianos quedaron 25 mil habitantes. Después de la liberación de la ciudad en octubre de 2016 han regresado algunas familias. Actualmente hay muchos proyectos en la zona para reparar las casas destruidas y así motivar a que más personas regresen a sus hogares.
Por otro lado y según informó el diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, el Presidente de Irak, Barham Salih, dirigió nuevamente una invitación al Papa Francisco para visitar el país.