"Jesús ha venido al mundo en el seno de una familia para indicarnos que ese nido, ese hogar es querido por Dios para la felicidad del hombre y de la mujer", afirmó el Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, en vísperas de la Fiesta de la Sagrada Familia.
"La familia es el lugar más apreciado por todos. En ella nacemos, somos amados de manera gratuita, vamos creciendo, y siempre es el lugar al que acudir para cualquier eventualidad, sea para compartir la alegría de un éxito como para compartir los contratiempos y desgracias de la vida", reflexionó el Prelado en su carta semanal.
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Mons. Fernández señaló que el fundamento último de la familia se encuentra en la "realidad de Dios, quien es "comunidad de amor en tres personas". En ese sentido, el plan de Dios es "introducirnos en su gran familia, que es la Iglesia, reflejo de la comunidad trinitaria".
Explicó también que los pilares de la familia humana, tal como Dios la ha constituido, son el "esposo y la esposa, iguales en dignidad, diferentes para ser complementarios biológica, sicológica y espiritualmente, que se prolongan de manera natural en los hijos".
"La ecología humana tiene este patrón original, y cuando es alterado, queda alterada la armonía de la creación y de la convivencia", advirtió.
El Obispo de Córdoba reconoció que la familia hoy tiene "inmensas posibilidades, que generan esperanza, y sufre también erosiones y amenazas, que hay que atender", pero que en ningún caso ella es un obstáculo, "sino la solución a tantos problemas".
Uno de esos problemas tiene relación con la soledad, la que "proviene en primer lugar por la desconexión con Dios" .
Esta soledad explica la "cerrazón a la vida naciente, que solo se entiende si el corazón está cerrado a Dios", así como la "cerrazón para acoger a los ancianos en una sociedad llena de prisas y falta de espacios familiares para compartir".
"Si el corazón está cerrado a Dios, busca su interés y en ese camino hasta el cónyuge puede convertirse en enemigo, con lo que duele eso", continuó Mons. Fernández, "las rupturas matrimoniales tienen aquí su explicación. Son demasiadas rupturas las que conoce nuestra época, con la consiguiente falta de felicidad para el ambiente familiar".
Por ello destacó que la familia "es el futuro de la humanidad. Jesús ha venido al mundo en el seno de una familia para indicarnos que ese nido, ese hogar es querido por Dios para la felicidad del hombre y de la mujer".
El Obispo destacó el trabajo que hace la Diócesis de Córdoba en el acompañamiento de la familia y subrayó la urgencia de "que los jóvenes se sientan atraídos por esta realidad, porque ven matrimonios que viven con normalidad su vida de familia. Y gracias a Dios son la inmensa mayoría".
Al finalizar, Mons. Fernández invitó a las parroquias a celebrar las bodas de plata y de oro de los matrimonios, "que nos recuerdan que la fidelidad entre los esposos y el compromiso para toda la vida es posible y llena de felicidad el corazón de quienes lo viven".
"Damos gracias a Dios por nuestra familia, y estemos abiertos para acompañar a las familias que pasan por alguna dificultad, especialmente por las que se sienten solas ante tales situaciones", concluyó.