Hace poco más de un año la parroquia Our Lady of Holy Rosary en Luisiana (Estados Unidos), inauguró un café en beneficio de los más necesitados y que se ha convertido en un ejemplo para otras parroquias del mundo, debido a sus múltiples servicios.
Se trata del centro comunitario Full of Grace Café (Café Lleno de Gracia), lugar donde es difícil encontrar un servicio que no se ofrezca.
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Es una cafetería, pero también es un almacén de alimentos, comedor benéfico, banco de pañales para bebés y lavandería. Asimismo, cuenta con especialistas voluntarios en recursos humanos, psicólogos que brindan consejería, un estilista, un especialista planificación familiar natural y una máquina de ultrasonido.
También cuenta con una sala para grupos pequeños y estudios bíblicos, y un patio para noches de cine al aire libre y eventos sociales después de la Misa.
El creador del apostolado, el P. Josh Johnson, contó a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI– que esa no fue su visión original del proyecto. Al principio, el presbítero tuvo la simple idea de mover el almacén de alimentos existente a otro lugar y tal vez algún día abrir una cafetería en la parroquia.
Almacén de Full of Grace Café
"Al principio tuve una visión muy pequeña, solo coloqué el almacén de alimentos al frente, de esa manera cuando la gente llegara a nuestro campus vería una hermosa iglesia con un espacio para servir a los pobres", dijo.
El P. Johnson resaltó que todos los servicios que hoy se ofrecen de forma gratuita lo brindan feligreses que querían compartir sus dones con la comunidad. Al principio una señora ofreció sus servicios de peluquería, pero a medida que se corrió la voz sobre lo que hizo en el café, las ofertas de ayuda continuaron llegando.
Con el apostolado, el párroco espera llevar a Jesús a las personas de una forma que no sea "amenazante", sino de una manera que informe, pero que no obligue; que las personas se sientan escuchadas y que sepan que el café es un lugar donde pueden venir y compartir mutuamente sus vidas.
P. Joshua Johnson junto a sus feligreses
"La meta es realmente tener un lugar donde el cuerpo de Cristo pueda unirse para dar y recibir", y no solamente ofrecer comida o servicios de lavandería sin tratar de hablar de Jesús, señaló.
"Una cosa que noté en el seminario ayudando en los apostolados católicos, es que cuando trabajan para los pobres y con los pobres, no evangelizaban bien. Daban comida a la gente, como folletos y cosas, pero no intentaban contarle a la gente la historia de la salvación, y compartir a Jesús y proclamar realmente la fe", agregó.
Es por eso mismo que, inclusive, en cada habitación de Full of Grace Cafe hay versos de la Biblia en la pared y fotos de santos.
El P. Johnson nunca fue ajeno al trabajo misionero. Antes de convertirse en sacerdote, pasó un tiempo al servicio de las Misioneras de la Caridad, en Calcuta (India). Ha servido a los pobres con una orden religiosa en Jamaica y hace varios años estuvo en una misión en la frontera de Estados Unidos y México.
El sacerdote llegó a la parroquia Our Lady of Holy Rosary luego de que el templo y la rectoría originales fueron devastados por una inundación en agosto de 2016, que dejó más de 10 muertos y 40 mil hogares dañados.
Sabiendo que se encontraba en una situación difícil, el P. Johnson pidió a las comunidades de monjas de claustro que rodearan a su nueva parroquia en oración.
Actualmente, espera encontrar una orden de religiosas que llenen el convento en la parte de atrás del café y sirvan en la parroquia. También espera construir una capilla y establecer una adoración perpetua.
El P. Johnson recordó que cuando las hermanas de la Madre Teresa daban prioridad al tiempo de oración frente a la Eucaristía, su orden y apostolados florecían de nuevas maneras.
"Le he dicho a la gente que está bien, ahora, tenemos que organizar una adoración perpetua porque no quiero que ninguno de nosotros se convierta en un grupo de herejes pensando que vamos a hacer nuestro propio camino para llegar al Cielo. Tenemos que centrarnos en la Eucaristía y vamos a ver mucho más fruto sobrenatural", concluyó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.
