Un estudio del Departamento de Movilidad Humana del Arzobispado de Santiago de Chile llegó a la conclusión que la catequesis, el coro y la liturgia son los espacios donde los migrantes se vinculan más a una comunidad parroquial.
La consulta a las 212 parroquias de la arquidiócesis comenzó en abril de este año y tuvo como objetivo conocer la realidad del inmigrante, hacer un diagnóstico de la acogida en las comunidades y conocer la "riqueza de la comunidad local que los acogió y ayudó en la integración", expresó el P. Marcio Toniazzo, director de Movilidad Humana.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"El amor es creativo y eso es lo que mayoritariamente se expresa en esta encuesta, las iniciativas de las comunidades para que los migrantes puedan sentirse parte, integrarse en esas comunidades, en la sociedad y así también poder tener su vida aquí junto a sus familias", agregó.
De las 186 encuestas respondidas, 114 parroquias afirmaron que realizan al menos una actividad orientada a apoyar a los migrantes.
La asistencia social, catequesis con niños y adultos, asistencia espiritual y de acompañamiento es la ayuda que más se brinda a los inmigrantes que se insertan en las comunidades.
El estudio también destacó la incorporación de celebraciones extranjeras a la vida parroquial. Las fiestas de la Virgen de Coromoto, Patrona de Venezuela; y de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia, fueron las más mencionadas.
Además se encuentran las celebraciones mensuales dedicadas al país específico y la celebración del Día del Migrante.
En el estudio se destacó también el esfuerzo de doce parroquias por incluir en las celebraciones algunas lecturas, oraciones o canciones en creolé, idioma de Haití.
Las principales dificultades que se presentan para acoger a los extranjeros son el idioma, los escasos recursos de las parroquias y la avanzada edad de los fieles que componen las comunidades chilenas.
Por último, las parroquias consultadas manifestaron que los desafíos pasan por promover la apertura de la comunidad a la acogida de los migrantes y que estos se acerquen a las comunidades.
También el ayudar a los inmigrantes a encontrar trabajo y la formación de los laicos para que puedan orientar correctamente a estas personas.
Estos resultados permitirán al Departamento de Movilidad Humana intercambiar experiencias entre las comunidades y elaborar un plan para potenciar la integración.