El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, lamenta en su carta pastoral que "nos hemos dejado robar la Navidad" por el "consumo, el gasto, la borrachera y el desenfreno", que nada tienen que ver "con Jesucristo y la salvación que Él viene a traernos".
En su carta, Mons. Fernández animó a prepararse con "esperanza" para la llegada del Señor y explica que la razón de nuestra alegría es que "llevamos en nuestro corazón al Señor, que está viniendo continuamente a nuestra vida de múltiples maneras y esperamos su venida al final".
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Según explicó el Prelado, "nada hay más bonito en la vida que la esperanza, y nada más triste que la falta de esperanza", y señaló que "la medida de nuestra esperanza marca la medida de nuestra alegría y de la paz de nuestro corazón".
Por eso animó a que el tiempo de Adviento sea un tiempo de esperanza, pero que no dure "unos días de fiesta o de una paga extraordinaria", sino que tenga a "Jesucristo como protagonista".
"Dios nos ha traído al mundo para gozar eternamente con él y ya empezamos a saborearlo desde esta etapa de la tierra, en la que no faltan sufrimientos. Esta es la gran esperanza de nuestra vida: vivir con Dios, ya desde ahora y por toda la eternidad", explicó Mons. Fernández.
En ese sentido el Obispo de Córdoba aseguró también que "en el camino de la vida, salen a nuestro encuentro las celebraciones litúrgicas, que nos traen hasta nosotros el misterio que celebramos".
Por eso el Prelado precisó que en las fiestas de Navidad se celebran "el nacimiento en la carne del Hijo eterno de Dios, del vientre virginal de María, que viene para hacernos hijos de Dios y herederos del cielo".
Sin embargo, el Obispo lamentó de que "la fiesta se ha comido al acontecimiento, es decir, el ruido, las luces, las comidas, los regalos hacen sombra al misterio de Dios que se acerca y nos abraza en su Hijo divino hecho hombre. ¡Nos hemos dejado robar la Navidad!".
Recordó que la Navidad que se nos propone del "consumo, del gasto, de la borrachera, del desenfreno no tiene nada que ver con Jesucristo y la salvación que Él viene a traernos. Más bien es todo lo contrario. Hasta dónde somos capaces los humanos de extorsionar el misterio de Dios, hacerlo a nuestra medida y manipularlo a nuestro antojo".
Mons. Fernández recordó que la liturgia de la Iglesia "nos invita insistentemente a la alegría verdadera, la que brota de Dios y acogemos en nuestro corazón, la que tiene a Dios como horizonte y la que lo espera todo de Dios", una alegría que "ha de vivirse en la sobriedad, en la templanza, en la adoración, en el silencio de Belén".
De esta manera el Prelado animó a estar atentos "a la verdadera Navidad" y "salir al encuentro de nuestros hermanos necesitados, hacia los pobres".
"Ellos fueron los destinatarios de aquella primera Navidad, ellos son los destinatarios de esta Navidad. El Hijo de Dios ha venido para compartir nuestra pobreza y para enseñarnos a compartir nuestra vida y nuestra alegría con nuestros hermanos los pobres", afirmó.
Puede leer la carta íntegra AQUÍ.