Más padres de familia y apoderados se han sumado a las denuncias sobre las consecuencias que la ideología de género tiene en los menores, incluyendo niños de tres a cinco años que asisten a los jardines de infancia donde se ha implementado esta ideología.
Desde octubre de 2006 en Argentina existe la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), sin presencia de la ideología de género; sin embargo, luego que el Senado rechazó legalizar el aborto en agosto de 2018, el lobby LGTB presionó para reformar la ley e introducir esta ideología.
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Luego de algunas semanas el debate sobre la reforma de la ESI no prosperó. Ante esto el Consejo Federal de Educación de Argentina elaboró el decreto Nº 340 con el fin de aplicar la ley ESI "en todos los niveles y modalidades educativas" en forma obligatoria para todas las provincias y con la introducción de la ideología de género.
El decreto exige abordar "sin excepción" cinco ejes conceptuales en los distintos niveles escolares. Estos son "cuidar el cuerpo y la salud, valorar la afectividad, garantizar la equidad de género, respetar la diversidad y ejercer nuestros derechos".
Mientras se da la implementación de los ejes, los padres y docentes de distintos centros educativos han denunciado, junto al periodista Mariano Obarrio, que la ideología de género está ocasionando daños en el comportamiento de los menores.
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Uno de los casos más reveladores es el relatado por Mónica de San Martín, cuyo hijo asistía al Instituto Libertad. La madre contó que la llamaron en reiteradas veces porque el menor se dormía en el colegio, no quería ir al baño solo, ni asearse.
Un día antes de salir de casa, el pequeño hizo una pataleta muy fuerte y gritó que en el aula "le bajaban los pantalones, que a todos los nenes les bajaban los pantalones para que las nenas los vieran", dijo la mamá.
Mónica señaló que la maestra era una personal transexual de nombre "Vanesa", que le mostraba sus genitales masculinos a los niños. "La maestra decía que hay que identificarse, que hay que saber, que no hay nenes ni nenas, que hay que ser como uno quiere, que las mamás podían tener pene o vagina".
"A ellos le enseñaban el 'derecho a jugar, el derecho a conocerse', entonces ellos se podían tocar entre ellos" las partes íntimas. "Les dicen que se pueden pintar, las uñas, la cara" precisó la madre.
Incluso en el jardín les advirtieron que si contaban algo en casa la "mamá se iba a morir". El menor aún tiene miedo y confusión, "en la institución le enseñan a mentir", "mi hijo cambió sus actitudes no es el nene que yo crié", denunció Mónica.
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Otra madre que denunció un caso similar es Analía Orrac, cuyos dos niños de tres y cinco años asistían al jardín infantil Nº 909 Mitai de la localidad de Tigre. Ella dijo que uno de sus hijos empezó a mostrar cambios de humor, excesiva violencia hacia ella, mucho sueño y que hablaba poco sobre sus jornadas en el jardín.
"Cuando intentaba preguntarle más a fondo, él se enojaba. Me decía: 'A vos no te quiero escuchar, no te tengo que escuchar, no quiero hablar con vos'. Reaccionaba con enojo extremo a tal punto de darme piñas (golpes)", relató Analía.
Cuando logró conversar con el pequeño, él le relató que en el jardín las docentes le enseñaban una canción que indicaba que debía desvestirse.
"La señorita se sacaba la remera, se sacaba el calzoncillo y se lo ponía en la cabeza", le contó el menor. "Todos los nenes desnudos debían seguir a la señorita. "Saltaban, giraban y bailaban", relata la mamá.
El menor siempre le dijo que era un "experimento secreto". Luego de eso, Analía Orrac se percató que su otro hijo también tarareaba la misma canción, entonces decidió retirar a ambos del jardín.
Posteriormente se enteró que otras mamás vivieron la misma situación y decidió ampliar la denuncia que hizo Karina Robba.
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Karina Robba denunció su caso en un video el 18 de noviembre. Su hijo de cuatro años comenzó a mostrar cambios de personalidad, lloraba por cualquier motivo, experimentaba angustia, andaba inquieto y nervioso. La mamá le preguntaba qué le sucedía pero el pequeño guardaba silencio y ya no contaba lo que hacía en el jardín.
"La 'seño' dijo que no tenía que hablar con la mamá lo que hacía en el jardín" porque de lo contrario su "seño lo iba a matar", explicó la madre.
Cuando el niño habló con su hermano mayor, le contó que fue desnudado por la docente y cantaban la "canción de la ropa que decía que se tenían que desnudar", relató.
Con el tiempo el menor relató que la docente también le tocó sus genitales y de otros niños.
Cuando la madre pidió una explicación en el jardín, la vicedirectora arguyó que posiblemente el niño estaba confundido. Luego de esto Karina Robbo interpuso una denuncia por abuso sexual en la Fiscalía de Género.