El 10 de diciembre de 1945 la poetisa chilena Gabriela Mistral recibió el primer Premio Nobel para un autor latinoamericano, y la Orden Franciscana en Chile recordó esta fecha con un homenaje a la trayectoria literaria y espiritualidad franciscana de la escritora.

"Celebremos a Gabriela" fue el homenaje realizado en el Museo de Arte Colonial de San Francisco de Santiago, donde se exhibió la medalla y pergamino que la Real Academia de las Ciencias Suecas entregó a la escritora chilena como reconocimiento a su obra.

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Ambos objetos que identifican el Premio Nobel fueron legados por Mistral al pueblo de Chile y están bajo la custodia de los franciscanos.

 

También se exhibieron algunos escritos de Mistral y otros documentos facilitados por el Archivo del Escritor de la Biblioteca Nacional. Además se leyeron poemas y transmitieron audios y videos de la poetisa.

 

El religioso franciscano Miguel Ángel Correa dijo que Lucila Godoy Alcayaga, nombre de bautizo de la escritora, tuvo "como horizonte la pedagogía de Jesús, el Hijo de Dios, tal como ella lo señala en su poema: '¡Señor! Tú que enseñaste, perdona que yo enseñe; que lleve el nombre de maestra, que Tú llevaste por la Tierra'".

En su búsqueda de trascendencia "se dejó impregnar por la espiritualidad del pobre de Asís de la cual bebió y la inspiró para crear los 'motivos franciscanos', que desde su prosa recoge los elementos fundamentales de la espiritualidad franciscana que tiene como horizonte reconocer a Dios como el sumo bien y el bien total", dijo el hermano Correa.

Gabriela Mistral perteneciente a la Orden Franciscana Seglar u Orden Tercera de San Francisco "nos invita a contemplar el arte, la poesía y la belleza como un modo de acceder a Dios. Su poesía grita con fuerza que la humanidad más que nunca necesita ser humanizada y que el espíritu no encontrará sosiego hasta que se encuentre con Aquel que lo creó".

El hermano Correa también agradeció que Gabriela Mistral sea "el punto de inflexión" y puente de acceso al Convento y Museo de San Francisco. "Ella actualiza con su legado, sus escritos y su ser mujer todo lo religioso y sagrado que posee este espacio", afirmó.

"Es Gabriela Mistral lo que termina uniendo lo humano con lo divino de nuestra colección patrimonial", finalizó el religioso.

El P. Isauro Covilli, Provincial de la Orden Franciscana, señaló que "San Francisco tenía una sensibilidad especial por el Señor, por las sagradas escrituras, por la naturaleza, la creación, el hombre mismo y yo creo que en esa sensibilidad Gabriela y Francisco se encuentran". 

"Uno valora que una mujer que nació pobre, que no tenía ninguna posibilidad, llegó a ser lo que es. Es una mujer que rompe las estructuras, que desafía a su propio tiempo y que es modelo hoy de compromiso, perseverancia y lucha, desde sus escritos, pero también desde su propia persona", reflexionó.

La íntima relación entre Gabriela Mistral y la Orden Franciscana hizo que el 16 de noviembre de 1983 el Museo de Arte Colonial San Francisco inaugurase la Sala Gabriela Mistral para exhibir las réplicas del premio, objetos personales, diplomas y condecoraciones, cartas, esculturas, el crucifijo y el rosario atesorados por la poetisa, entre otros objetos.

Al homenaje asistieron el director de la Biblioteca Nacional, Pedro Pablo Zegers; el subsecretario de Patrimonio Cultural, Emilio de la Cerda, y amigos de la orden.

Medalla Premio Nobel de Literatura Gabriela Mistral / Foto: Museo de Arte Colonial San Francisco