Ayer en la mañana el Papa Francisco realizó una visita privada a la Biblioteca Vaticana y al archivo secreto donde pudo observar varios documentos antiguos, como "un breve de Clemente VIII en lengua quechua" del siglo XVII.
Según informó L'Osservatore Romano en su edición de este 5 de diciembre, el hilo conductor de la visita de Francisco fue "la Palabra de Dios contenida en las Escrituras inspiradas y las palabras de los hombres, como ríos que confluyen en dos de las más antiguas e importantes instituciones de la Santa Sede".
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En el archivo el Papa visitó la sala de los índices y los depósitos subterráneos donde vio una carta escrita sobre una corteza de abedul que los indios Ojibwe de los Grassy Lakes de Ontario (Canadá), dirigieron a León XIII, un breve de Clemente VIII en lengua quechua y la aprobación por parte de Onorio III de la regla de San Francesco de Asís.
El documento en quechua data de 1603 y es el reconocimiento de la creación de la Confraternidad del Nombre de Jesús, fundada casi 20 años antes en la ciudad de Cusco, antigua capital del Imperio Inca.
Francisco también pudo apreciar el texto del Patriarca Atenágora con que revoca la excomunión pronunciada en 1054 por su predecesor Miguel I Cerulario, la rúbrica que contiene los nombres de los sacerdotes encerrados en el campo de concentración de Dachau y algunas noticias de las deportaciones de las hermanas Edith y Rosa Stein.
Asimismo, en la biblioteca el Pontífice visitó el Salón Sixtino, el almacén de las impresiones y las salas de estudio donde fueron mostrados dos de los más antiguos e importantes testimonios del texto bíblico, el papiro Bodmer XIV-XV (denominado p 75 o Hanna i), uno de los dieciséis manuscritos sobrevivientes de la era precolombina, un original de la Biblia de Gutenberg, entre otros documentos.