La ciudad de São Paulo volvió a ser sede de una Marcha por la Vida el domingo 2 de diciembre cuando cerca de 15 mil personas salieron a las calles para proclamar "salvemos a las dos vidas", una manifestación catalogada por los organizadores como "una gran fiesta".
"Fue, en verdad, una gran fiesta por la vida", afirmó uno de los coordinadores del evento, Guilherme Montoro Mellim.
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Mellim, que estaba al frente de la marcha junto con Fábio Gonçalves, destacó del evento la capacidad de "reunir tantas personas en torno a una causa común, esto es la defensa de la vida".
"Muchos fueron a la marcha preocupados con los abusos del STF (Supremo Tribunal Federal), con su activismo que viene sobreponiendo a las competencias del Congreso" para intentar legislar sobre el aborto. "Otros se unieron para acreditar y defender la sacralidad de la vida humana", añadió el coordinador, al afirmar que en todos la "defensa de la vida" era lo que los unía.
Asimismo, destacó la participación de autoridades religiosas, políticos, periodistas, profesores universitarios, entre otros.
Así, estuvieron presentes el P. Paulo Ricardo, el intelectual católico Bernardo Pires Küster, la especialista en Bioética e coordinador del Movimiento Legislación y Vida, Prof. Hermes Rodrigues Nery, y la diputada estatal electa Janaína Paschoal, entre otros.
Durante la marcha, el P. Paulo Ricardo criticó el accionar del STF. "Existen once personas, los ministros del Supremo Tribunal Federal, que están usurpando, en muchas decisiones el poder que no les compete".
"Ellos no fueron elegidos por nosotros, no fueron escogidos por nosotros, ellos no nos representan. Ellos fueron colocados para interpretar la Constitución y reescriben a su placer la Constitución brasileña, reescriben sin ninguna vergüenza", afirmó.
Además, el sacerdote advirtió que las personas que buscan imponer el aborto en Brasil usan "dos recursos". El primero, advirtió, es hacer que las convicciones religiosas de las personas que están a favor de la vida "sean colocadas dentro de casa" mientras los menores son adoctrinados en las escuelas.
El segundo argumento, que va de la mano con el primero, es decir que la defensa de la vida, que es estar contra la despenalización del aborto, "es una convicción religiosa que no tiene fundamento racional". "No, nosotros somos racionales y la ciencia y la verdad están de nuestro lado", señaló el sacerdote.
En ese sentido, recordó que desde la fecundación, "científicamente hablando, (el concebido) ya tiene todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida".
"Es vida humana plenamente", afirmó el sacerdote. "La madre no añade nada más, además de alimentación, oxígeno y ambiente propicio. La ciencia está del lado de la vida. Esto no es una cuestión de argumentos religiosos", añadió.
En ese sentido, advirtió que "si vamos a dar al brasileño los derechos de quitar la vida de un inocente" que está en el útero de su madre, "¿quién va a detener la escalada de violencia, quién va a detener la escalada de muerte, de la cultura de la muerte en nuestro país?".
Traducido y adaptado por Eduardo Berdejo. Publicado originalmente en ACI Digital.