El 22 de noviembre el Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, presidió la Misa por el eterno descanso de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan y dio gracias a Dios por sus vidas, su valentía y porque se abre un camino de verdad, justicia y duelo para las familias.
La Misa se realizó luego de que la Armada Argentina anunció el hallazgo del submarino ARA San Juan, un año y un día después de su desaparición, el 15 de noviembre de 2017 con 44 tripulantes a bordo.
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Luego de dos meses de búsqueda, el submarino fue encontrado por la empresa estadounidense Ocean Infinity a 800 metros de profundidad y a unos 600 kilómetros de Comodoro Rivadavia, lugar donde se perdió la comunicación con la máquina hace un año.
En la Catedral Stella Maris en Buenos Aires, Mons. Olivera manifestó que duele "enfrentar la realidad. Pero solo enfrentando la realidad podemos vivir sanamente. Solo asumiendo las realidades podremos redimirlas".
"Solo asumiendo el drama de la muerte y concretamente de estos 44 tripulantes, la gran familia naval argentina, los familiares de cada uno podrán asumir, podrán comprender el proyecto de Dios en la vida de cada uno", afirmó.
El Obispo aseguró que solo entonces se podrá valora a estos hombres y mujeres "que se capacitan para servir a su pueblo, para servir a la patria, para defender nuestras fronteras, para defender nuestros mares, nuestras vidas y a costa del riesgo y de la propia vida".
La misma valoración se dará con aquellos "que silenciosamente trabajan día a día por encarnar esta vocación, única vocación y profesión que preparan también a morir por un bien mucho mayor".
Mons. Olivera también agradeció a Dios porque el hallazgo del submarino abre "la posibilidad de la verdad, nos da posibilidad de justicia". "Por eso damos gracias a Dios, porque es un camino también que nos abre la posibilidad del cierre, de hacer duelo", señaló.
"Nunca será igual la vida para las familias directas. Desde aquel 15 de noviembre del 2017 que no se tuvo noticias del ARA San Juan. Nunca será igual la vida para aquellos que hemos perdido a un ser querido y que ha muerto también una parte nuestra con ellos, los recuerdos, los afectos, los diálogos, tantas cosas compartidas", reflexionó.
"Pero quienes tenemos fe sabemos que tenemos que mirar para arriba para el cielo y para adelante, porque Jesús camina a nuestro lado y que un día todos, nos reencontraremos", aseguró.
La Eucaristía fue concelebrada por los capellanes navales y contó con la presencia del jefe del Estado Mayor General de la Armada, Vicealmirante José Luis Villán; representantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad Nacional.