Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián (España), ha publicado el libro "Dios te quiere feliz" en la editorial Palabra en el que habla sobre la santidad, la felicidad, el amor, la fe, el descernimiento de la vocación, entre otros.
En una entrevista concedida a ACI Prensa, el Prelado explicó que la idea de escribir este libro nació después de que le animaran a "trasladar al género escrito una serie de charlas que había pronunciado en los últimos años, fundamentalmente en ámbitos de pastoral juvenil y familiar".
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"Elegimos 15 de estas charlas y las convertimos en los quince capítulos de este libro", aseguró.
En relación con el título del libro, "Dios nos quiere felices", Mons. Munilla explica que "la felicidad no es un fin en sí misma, sino la consecuencia de la entrega a un ideal verdadero. Por lo tanto, Dios quiere que seamos felices, por el camino del descubrimiento de nuestra vocación y la entrega a ella".
En ese sentido, asegura también que "es clave entender que la felicidad no se consigue poniendo el propio yo en el centro de la existencia. Es decir, la felicidad y el narcisismo son totalmente antagónicos. Como decía Kierkegaard: 'La puerta de la felicidad se abre hacia adentro, hay que retirarse para abrirla: si uno la empuja, la encierra cada vez más'".
En el libro también se habla sobre la santidad, y según precisa el Prelado, "la tesis central de este libro es que la 'felicidad' y la 'santidad' no son dos cosas distintas, sino una misma realidad".
"El título del libro es 'Dios nos quiere felices', que es lo mismo que decir 'Dios nos quiere santos'. Todo el mundo quiere ser feliz, pero son pocos los que aciertan en el camino para alcanzarlo. Las únicas personas verdaderamente felices son los santos. El gran reto de nuestra vida es la santidad, todo lo demás es absolutamente secundario. Como decía León Bloy; 'Solo hay una desgracia: no ser santo'", aseguró el Prelado.
Sin embargo, ser feliz cuando hay dificultades no siempre es sencillo. En ese sentido el Obispo recordó unas palabras del Padre Pío: "Casi todos vienen a mí para que les alivie la cruz; son muy pocos los que se me acercan para que les enseñe a llevarla".
"A diferencia de lo que solemos percibir a primera vista, las cruces de la vida no son el enemigo de nuestra felicidad; ya que lo contrario de la felicidad no es la cruz, sino la desesperanza", subrayó.
E insistió en que precisamente por ello, "entiendo perfectamente que sin la necesaria identificación con la Cruz de Cristo, la felicidad sea imposible. Nos equivocamos gravemente cuando vivimos esperando a que pase la cruz de la vida, para empezar a ser felices. La gloria no se manifiesta tras la cruz, sino en la misma cruz".
En el libro Mons. Munilla utiliza la expresión "emergencia educativa afectiva", que es uno de los temas que desarrolló en el primer Congreso de Pastoral Juvenil de la Iglesia en España.
"Nuestra generación se caracteriza por arrastrar profundas heridas afectivas que le impiden vivir la vocación al amor. Las tres heridas principales son: narcisismo, pansexualismo y desconfianza. Es importante conocer en profundidad estas heridas y entender cómo la acción pastoral de la Iglesia necesita centrarse en su sanación. Pienso que a esto se refiere el Papa Francisco cuando habla del 'hospital de campaña'", afirmó.