El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, afirmó que los pobres son personas concretas "que nos gritan con su vida para despertarnos" del letargo.
El Prelado hizo esta afirmación en su carta semanal dedicada a la Jornada Mundial de los Pobres que se celebra este domingo 18 de noviembre bajo el lema "Este pobre gritó y el Señor lo escuchó".
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"Los pobres son Personas concretas que nos gritan con su vida para despertarnos de cierto letargo en el que muchas veces nos encontramos", destacó el Obispo.
"Nos viene bien esta Jornada para reflexionar sobre la pobreza, sus condiciones, sus causas y orígenes, sus consecuencias. Hay pobrezas de todo tipo: falta de recursos materiales, falta de salud, falta de oportunidades para el trabajo y la inserción social. A ello se añade la marginación, la exclusión, el trabajo esclavo, la esclavitud sexual, etc. Y la mayor de las carencias, la falta de Dios con culpa o sin culpa propia".
El Prelado comentó luego que "la pobreza, cuando viene impuesta por la vida y por las condiciones sociales, humilla, margina, degrada, roba la esperanza. Pero cuando Dios ha querido arreglar este mundo tan injusto, lleno de desigualdades, lo ha hecho por el camino de la pobreza voluntaria del Hijo de Dios, que siendo rico se ha hecho pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza",
Tras señalar que "algo tendrá la pobreza voluntaria cuando Dios la ha elegido para la salvación del mundo", el Obispo alentó a los fieles a salir "al encuentro de nuestros hermanos los pobres con humildad, sin aparato, compartiendo algo de sus carencias y haciéndoles partícipes de nuestra solidaridad, que pretende dignificarlos".
El Obispo de Córdoba animó a invitar a algún pobre a compartir la mesa y resaltó que los pobres serán los invitados especiales de la Misa que celebrará en su catedral a mediodía.
"Normalmente a los pobres los tenemos a las puertas de las Iglesias, pero no entran. Que en esta Jornada podamos hacer algo para que 'entren'. Y que vayamos rompiendo las barreras que nos separan de ellos", escribió.
Esta Jornada, continuó, debe servir también para "caer en la cuenta de nuestras propias pobrezas, para tender una mano y abrir el corazón a quienes lo necesitan, para compartir con los necesitados de manera que ellos lleguen a ocupar el centro de la Iglesia".
"No podremos resolver el problema mundial de la pobreza, que es enormemente complicado, pero sí podemos poner una gota en el océano de la pobreza, una gota de amor, de comprensión, de acogida. Y esta jornada nos ayude a despojarnos libremente en favor de aquellos que están despojados contra su voluntad", concluyó.
Puede leer la carta completa de Mons. Fernández AQUÍ.