"Esperanza, confianza. Hay una fuerza que maneja el mundo mucho más poderosa que todos los errores, dudas, vacilaciones, torpezas de los hombres", es el mensaje de Mons. Bernardino Piñera que con 103 años tiene el puesto del obispo más anciano del mundo.
El Arzobispo Emérito de la Serena (Chile) conversó con ACI Prensa sobre su historia vocacional, sus recuerdos del Concilio Vaticano II y su amor por la Iglesia y su rebaño.
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Bernardino Piñera Carvallo nació el 22 de septiembre de 1915 en París, (Francia). Estudió medicina en la Pontificia Universidad Católica de Chile y se licenció en 1941.
Su llamado al sacerdocio lo escuchó a los 26 años. "Yo era médico y en todas partes se me abrían las puertas. Lo que no veía muy claro era cómo quería vivir. Yo quería casarme, tenía la edad del matrimonio. Esa angustia existencial que pasa mucho a esa edad".
"Y eso se arregló cuando me pareció que el Señor me decía: 'vende todo, desházte de todo y sígueme. Lo demás corre por mi cuenta'. Un mes después estaba en el seminario", recordó el Prelado, quien a los 31 años fue ordenado sacerdote diocesano.
Entre sus labores como presbítero, fue asesor general del movimiento de laicos Acción Católica y asesor nacional de la Asociación Nacional de la Juventud Católica Femenina. Además de 1948 a 1958 fue capellán del Hogar de la Empleada y de 1950 a 1953 se desempeñó como vicerrector de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La ordenación episcopal llegó el 27 de abril de 1958 y tomó por lema "Servus Tuus Sum Ego" (que del latín puede traducirse como "yo soy tu siervo"). Primero fue Obispo Auxiliar de Talca por dos años, luego Obispo de Temuco entre 1960 y 1977, y finalmente Arzobispo de La Serena desde 1983 a 1990 cuando presentó su renuncia al cumplir 75 años.
También presidió la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) entre 1984 y 1988.
"He gozado mi vida de sacerdote y he gozado mi vida de obispo, y soy hoy día el obispo más antiguo y más viejo del mundo", expresó Mons. Piñera, quien es también tío del actual presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Un hito importante fue haber participado en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II (1962-1965), evento que considera que lo más importante que generó fue el cambio en la "eclesiología, es decir, la visión de la Iglesia de los teólogos".
"Era una organización perfecta. A mí me sorprendió que la Iglesia tuviera esa capacidad de organizar un congreso que iba a durar cuatro años. No ha habido ningún congreso, creo que ni siquiera en la Naciones Unidas, con cuatro mil participantes y con 100 idiomas diferentes, y sin embargo todo funcionó bien", sostuvo.
Mons. Piñera fue claro en decir que el Concilio Vaticano II "hizo su tarea y la hizo muy bien, pero no fue completamente exitoso en hacer penetrar el pensamiento conciliar en el pueblo del cristiano".
Otro hito que le tocó vivir con intensidad fue la visita de San Juan Pablo II a Chile del 1 al 6 de abril 1987. La Oficina de Comunicaciones y Prensa de la Conferencia Episcopal publicó una serie de videos donde Mons. Piñera describe cómo se vivió el viaje apostólico del Pontífice polaco. Puede verlos AQUÍ.
En 2018, durante su visita apostólica a Chile, el Papa Francisco se encontró con Mons. Piñera y lo felicitó por cumplir 60 años como obispo. Lo describió como una "hermosa memoria viviente".
Para Mons. Piñera lo que más le gusta de su vida como pastor es "el contacto con la gente".
"Me gusta la capilla que nace, la señora que se hace cargo de lavar los ornamentos y que hace eso y lo hace bien y se siente vital en la Iglesia. Yo creo que eso es el cristianismo, la religión es vida, es una vida, y donde uno siente que pasa esa vida ahí está Dios, ahí por lo menos está el paso de Dios", dijo a ACI Prensa.
"Uno está feliz de meterse en esa corriente y seguir trabajando, y darse cuenta que uno también está contribuyendo con un poquito o con mucho, según las circunstancias. Eso para mí es la vida del sacerdote", concluyó Mons. Piñera.