Un reciente estudio reveló que alrededor de la mitad de los países del mundo tienen una tasa de natalidad que está por debajo del nivel de reemplazo, con lo que la población total decrecerá sin inmigración.
Publicado en la edición de noviembre de The Lancet, el estudio revela información sobre la fertilidad por edad y sexo en 195 países del mundo entre 1950 y 2017.
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Financiado por la Fundación Bill & Melinda Gates, el estudio mostró que las tasas de fertilidad han descendido en más del 49% y la media de hijos ha pasado de 4.7 en 1950 a 2.4 en 2017.
Para mantener la población, la media de hijos por mujer debería ser de 2.1.
El profesor Christopher Murray, director del Institute for Health Metrics and Evaluation en la Universidad de Washington, comentó el estudio con la BBC.
"Con las tendencias actuales habrá muy pocos niños y mucha gente por encima de 65 años, algo que es muy difícil de sostener en una sociedad global", dijo Murray.
"Piense en todas las profundas consecuencias sociales y económicas de una sociedad estructurada de esa forma, con más abuelos que nietos", continuó. "Pronto haremos la transición a un punto en el que las sociedades se enfrenten a una población en declive", alertó el experto.
Murray destacó también que los países más desarrollados como Estados Unidos, Corea del Sur, Australia y buena parte de Europa tienen tasas de natalidad más bajas. Sin embargo, debido a la alta expectativa de vida y la inmigración, las poblaciones en esos países no han decrecido.
El estudio reveló que son tres los factores que han generado este descenso en las tasas de natalidad: más educación y trabajo para las mujeres, un descenso en las muertes de los bebés menores de cinco años; y el aumento de la disponibilidad de la anticoncepción.
Mary Rice Hanson, que trabaja en el Ethics and Public Policy Center, comentó que "nuestra cultura ve a nuestros hijos con un lente deformado, donde los niños representan pérdida y una carga: pérdida de la 'libertad', de la privacidad, de dinero, de la oportunidad de viajar, de la independencia e incluso del sexo".
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en CNA