La Iglesia reconoció el martirio del laico y padre de familia Mariano Mullerat i Soldevila, asesinado durante la Guerra Civil Española el 13 de agosto de 1936 en el lugar de El Pla, perteneciente a la localidad de Arbeca.
El Papa Francisco firmó el miércoles 7 de noviembre el decreto que reconoce el martirio de este médico nacido en Santa Coloma de Queralt, provincia de Tarragona, el 24 de marzo de 1897. Mariano Mullerat ejercía la medicina en Arbeca, y destacó por sus obras de caridad y su fe cristiana.
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La vida de Mariano Mullerat está caracterizada por el afán de servicio. Comenzó sus estudios de medicina en 1914 en la Universidad de Barcelona. Durante sus vacaciones universitarias visitaba pueblos y ciudades impartiendo conferencias sobre temas católicos y sociopolíticos de acuerdo con la doctrina de la Iglesia. En octubre de 1921 se licenció en medicina y cirugía.
Se casó con Dolores Sans el 14 de enero de 1922 en la misma localidad de Arbeca, donde establecieron el domicilio familiar. Tuvo cinco hijas, la mayor de las cuales falleció de forma prematura.
Siempre comprometido con la Iglesia, perteneció a diferentes asociaciones, participó en el apostolado de la oración y presidió el grupo Perseverancia de la Fe. Nunca dejó de ofrecer asistencia médica a los pobres de forma gratuita. Además, animaba a los enfermos más graves a acudir a los sacramentos.
Pero sus inquietudes en favor de la sociedad y del bien común no se limitaron a la profesión médica, sino que también se extendieron al ámbito de la política.
De esa manera, en 1924 resultó elegido alcalde de Arbeca hasta el año 1930. Sus vecinos siempre apreciaron sus esfuerzos en favor del pueblo, por lo que se ganó el respeto de todos los habitantes de la localidad.
Ya en el año 1931, tras la proclamación de la II República, intuyó que la inestabilidad política y social heredada de los últimos años de la monarquía podrían agravarse en la lucha entre facciones enfrentadas por el control político.
El aprecio y respeto que tenía entre sus conciudadanos no bastó para que un grupo de milicianos de izquierdas lo sacaran violentamente de su casa el 13 de agosto de 1936, aprovechando el caos de la Guerra Civil, y lo ejecutaran en un descampado cercano para después quemar su cuerpo.
Con el reconocimiento del martirio de Mariano Mullerat i Soldevila, y de 9 seminaristas asesinados por su fe entre 1934 y 1937 cuyos decretos de martirio firmó el Papa el mismo 7 de noviembre, son ya 1.901 los mártires reconocidos.
No obstante esa cifra podría seguir subiendo, ya que los católicos asesinados por su fe durante la II República y la Guerra Civil Española ascienden a más 10.000 personas.