En la Misa que presidió esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta en el Vaticano, el Papa Francisco ofreció un práctico consejo para vencer al diablo y lograr la paz en todo el mundo, comenzando por las familias.
Según informa Vatican News, el Papa meditó en un pasaje de la Carta de San Pablo a los Efesios, en el que el Apóstol propone este consejo práctico: "'soportarse en la vida en el amor'. Soportarse los unos a los otros. No es fácil porque siempre aparece el juicio, la condena, que lleva a la separación, a la distancia".
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Esto es necesario especialmente en la familia porque cuando la condena o la separación ocurre entre parientes "el diablo está feliz" porque esto es "el inicio de la guerra".
Para vencer al demonio y lograr la paz es necesario entonces "soportarse" porque "todos damos motivos para el fastidio, la impaciencia, porque todos nosotros somos pecadores, todos tenemos nuestros defectos".
Francisco dijo asimismo que para ser capaces de soportarse unos a otros, Jesús anima a "ponerse de acuerdo al inicio, hacer la paz al inicio: esta es la humildad, esta es la dulzura, esta es la magnanimidad. Se puede construir la paz en el mundo entero con estas pequeñas cosas, porque estas actitudes son las actitudes de Jesús: humilde, sencillo, perdona todo".
"Para lograr la paz, la unidad entre nosotros, 'humildad, dulzura – estamos acostumbrados a insultarnos, a gritarnos… dulzura y magnanimidad'. Deja perder pero abre el corazón. ¿Se puede hacer la paz en el mundo con estas tres cosas pequeñas? Sí, es el camino. ¿Se puede llegar a la unidad? Sí, ese es el camino: 'unidad, dulzura y magnanimidad'".
Hoy en día, lamentó el Pontífice, "estamos acostumbrados a respirar el aire de los conflictos" uno "detrás del otro", a ver las guerras y a "no tener paz ni unidad", algo que se agrava con "la carrera armamentista, la preparación para la guerra, la destrucción".
"Incluso las instituciones mundiales –lo vemos hoy– creadas con la mejor voluntad de ayudar a la unidad de la humanidad y la paz, se sienten incapaces de encontrar un acuerdo: que hay un veto aquí, un interés allá. Es fatigoso encontrar los acuerdos de paz. Y mientras tanto los niños no tienen qué comer, no van al colegio, no son educados, no están en los hospitales porque la guerra destruye todo", explicó el Santo Padre.
"Hay una tendencia nuestra a la destrucción, a la guerra, a la desunión. Es la tendencia que siembra en el corazón el enemigo, el destructor de la humanidad: el diablo. Pablo, en este aspecto, nos enseña el camino hacia la unidad. Él nos dice: 'La unidad está cubierta, está blindada –podemos decir– con el vínculo de la paz'. La paz lleva a la unidad".
Para concluir, Francisco destacó que "el mundo de hoy necesita paz, nosotros necesitamos paz. Comencemos en casa a practicar estas cosas sencillas: magnanimidad, dulzura, humildad. Sigamos adelante en este camino: de hacer siempre la unidad, consolidarla. Que el Señor nos ayude".
Lecturas meditadas por el Papa Francisco
Efesios 4:1-6
1 Os exhorto, pues, yo, preso por el Señor, a que viváis de una manera digna de la vocación con que habéis sido llamados,
2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros por amor,
3 poniendo empeño en conservar la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz.
4 Un solo Cuerpo y un solo Espíritu, como una es la esperanza a que habéis sido llamados.
5 Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
6 un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
Lucas 12:54-59
54 Decía también a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: "Va a llover", y así sucede.
55 Y cuando sopla el sur, decís: "Viene bochorno", y así sucede.
56 ¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?
57 «¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
58 Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel.
59 Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.