Monjas cristianas y budistas firmaron una declaración conjunta, alentadas por el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, en el que ponen de relieve "la importancia de ser contemplativas en medio de la acción".
En esa declaración, fruto del Primer Diálogo Internacional Budista-Cristiano para Monjas, celebrado del 14 al 18 de octubre de 2018 en Taiwán, las monjas muestran su disposición a colaborar "para mostrar ternura a los necesitados y llevar esperanza y sanidad a sus vidas".
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En los debates de este Diálogo interreligioso entre budistas y cristianos participaron 70 monjas procedentes de Taiwán, Corea, Japón, India, Sri Lanka, Myanmar, Tailandia, Singapur, Hong Kong, Camboya, Filipinas, Brasil, Italia, Alemania, Noruega y Estados Unidos.
En la declaración se afirma que este Primer Diálogo Internacional Budista-Cristiano para Monjas "ha sido clave para fomentar el entendimiento mutuo y la amistad entre nosotras como religiosas para que podamos construir puentes que unan nuestros diferentes caminos espirituales".
Reconocen también que, "si bien nos mantenemos firmes en nuestras respectivas convicciones más profundas, podemos aprender unas de otras cómo enriquecernos espiritual, cultural y socialmente, y así convertirnos en testigos humildes y creíbles para nuestros hermanos y hermanas".
Afirman que "nuestro testimonio de una forma de vida que puede ser significativa y alegre a través del desapego del consumismo, el materialismo y el individualismo puede alentar a otros a caminar por la senda de la bondad".
Asimismo, hacen una defensa del diálogo interreligioso que consideran "un camino que hombres y mujeres deben emprender juntos. Por lo tanto, alentamos a más y más mujeres religiosas a que contribuyan con su 'genio femenino' a la realización de formas nuevas y creativas de diálogo interreligioso y de apertura en nuestras comunidades para que esta contribución sea recibida".
Subrayan "la necesidad de apoyar a los estudiantes, maestros y padres y otros estilos de vida para que sean embajadores de paz y armonía y para capacitarlos para que sean una voz en el mundo que invite a la humanidad a caminar por el sendero de la salvaguardia ecológica y la no violencia".
Reconocen que "el amor es nuestro lenguaje común y que nos invita a ir más allá de nosotras mismos y abrazar al "otro" a pesar de las diferencias entre nosotros".
Por último, afirman sentirse "más cerca las unas de las otras cuando unimos nuestros corazones y mentes mientras recorremos nuestros respectivos caminos espirituales y, por lo tanto, vemos la necesidad de continuar este itinerario común para el enriquecimiento mutuo y para el mejoramiento del mundo".
El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso organizó este encuentro en colaboración con el monasterio budista Fo Guang Shan, la Asociación de las Superioras Mayores de Religiosas en Taiwán y el Diálogo Interreligioso Monástico.
El tema que centró los debates llevó por título "Acción contemplativa y contemplación activa: monjas budistas y cristianas en diálogo". No obstante, el programa también trato cuestiones relacionadas con el origen, evolución y situación actual de la vida religiosa monástica femenina en el budismo y el cristianismo; la meditación budista y la contemplación cristiana; el servicio a la humanidad, y la promoción del "genio femenino".