Una mujer católica compartió su "estupor y tristeza" por la opinión expresada por los Obispos de Comodoro Rivadavia (Argentina) respecto al 33° Encuentro Nacional de Mujeres (ENM), realizado entre el 13 y 15 de octubre en la provincia de Chubut y que terminó como cada año en ataques y destrozos.
La marcha del ENM se realizó el domingo 14. Las manifestantes recitaron consignas a favor del aborto y la separación Iglesia-Estado, lanzaron bombas molotov, piedras, destrozaron mobiliario público, realizaron ritos satánicos y pintaron paredes de edificios y templos.
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Además, realizaron un "tetazo colectivo", una exposición de sus cuerpos semidesnudos en la vía pública.
Al día siguiente, el Obispo de Comodoro Rivadavia, Mons. Joaquín Gimeno Lahoz; y los Obispos Auxiliares, Mons. Alejandro Benna y Mons. Roberto Pío Álvarez, publicaron un comunicado con su parecer respecto al tema.
Los obispos comenzaron el comunicado expresando que "un encuentro de reflexión siempre es una instancia a valorar, y más aún cuando es un encuentro de mujeres, cuya palabra muchas veces es acallada o minusvalorada".
"Nos parece que siempre es necesario respetar las opiniones de los demás y más aún de un colectivo que ya tiene tantos años", agregaron.
En referencia a los ataques de las manifestantes, los obispos expresaron que "los gestos de violencia han sido acciones aisladas, sin mayores consecuencias gracias al actuar oportuno de la policía".
Dos días después del comunicado, una mujer católica llamada Marcela Hereñú manifestó su "estupor y tristeza" por el mensaje emitido por los obispos de Comodoro Rivadavia y aseguró que sus sentimientos son compartidos "por muchas otras personas que aman la vida y la familia, y que estamos luchando día a día en su defensa".
A través de su cuenta de Facebook, Hereñú aseguró que la voz de las mujeres es "ampliamente reconocida en la sociedad argentina" y, a diferencia de lo expresado por los obispos, hay otras mujeres que son acalladas y minusvaloradas por "otras mujeres violentas".
"¿De verdad piensan que es una opinión respetable el asesinato de los niños por nacer o la famosa consigna 'muerte al macho'?", cuestionó.
Hereñú también preguntó a los obispos si acaso han escuchado o leído alguna "declaración clara, contundente y eficaz de repudio" por parte de los organizadores del ENM respecto a la violencia.
"Si ese repudio no se da, y si no se hace lo posible para que los hechos no se repitan –suceden hace al menos 10 años-, es evidente que son alentadas por la misma conducción del ENM", sostuvo.
"Todo el ENM, desde su conducción, es violento con quienes no coinciden con ellos. Desde el viaje hacia el ENM se filmaron en los colectivos y subieron a Internet la amenaza de incendiar la Catedral, arengándose mutuamente en un creciente odio puntual a los varones y a la Santa Iglesia Católica".
Hereñú alentó a los obispos a "no temer" y guiar a la multitud que se siente huérfana y abandonada por sus pastores; que ven "como los intereses políticos y financieros se quieren apoderar" de la vida y la conciencia de los hijos.
"La patria está en peligro, la familia está en peligro, la libertad para vivir y transmitir nuestra fe está en peligro", alertó la mujer.
"Nosotros, los fieles laicos, los que hacemos marchas junto a nuestras familias sin importar el cansancio, los que nos abrazamos en cordones humanos rezando el Santo Rosario para defender nuestros templos, aunque nos insulten, nos escupan, donde rara vez hay un sacerdote y mucho menos un obispo, esos… somos quienes día a día recibimos las heridas de esta verdadera batalla cultural y espiritual", explicó Hereñú.
"Con corazón de madre, de abuela, de maestra de escuela rural… les digo: No es tiempo de tibieza. Si la sal pierde su sabor, sólo sirve para ser tirada y pisoteada por los hombres".
"Que Nuestra Madre de Luján los ayude a comprender el sufrimiento de sus fieles en estos tiempos oscuros, y a todos nos regale la fortaleza y la esperanza", concluyó.