Mientras que algunos plantean que para hacer cercana la Iglesia a los jóvenes habría que renunciar a algunas verdades de fe, un sacerdote mexicano ha desarrollado un proyecto pastoral para acercar la teología a los jóvenes "millennials".
Se trata de "Teología para Millennials", un proyecto del P. Mario Arroyo, doctor en Filosofía por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma, y actualmente capellán de la sede en Lima de la Universidad de Piura, en Perú.
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En diálogo con ACI Prensa, el P. Arroyo aseguró que "los jóvenes están hambrientos de la verdad, como siempre. La gente necesita buscar la verdad. La cuestión es encontrar el camino".
"Los jóvenes no son tontos, tienen cabeza, hay que explicarles y apelar con la razón, lo que no significa devaluar las verdades de fe, devaluar la verdad", pero tampoco se trata de responderles "con un tratado de teología".
El sacerdote mexicano señaló que a los jóvenes "por supuesto que les interesa" la teología, pues responde a "las preguntas fundamentales sobre la vida, sobre la existencia, sobre por qué estamos aquí, para qué estamos aquí, qué podemos esperar".
"Eso lo tienen en el corazón todos. Y muchas veces se dan cuenta que las respuestas que te da el mundo, la publicidad, son bastante superficiales, no llenan sus anhelos más profundos", dijo.
La idea surgió en sus clases de Teología en la universidad. "Al terminar el curso me fue a buscar una chica que yo la veía como poco interesada, como muy rebelde. Y al contrario, me fue a decir que le interesaba mucho el curso, que quería seguir conversando cosas de teología".
"Ella había sido catequista en la confirmación en su parroquia, pero al entrar a la universidad había tenido muchas dudas y había abandonado la práctica de la fe. Y ahora le parecía que la fe era compatible con la razón y con un modo de vivir moderno, y entonces estaba muy interesada, y me dio una lista de muchas preguntas".
Esas primeras preguntas fueron el punto de partida, que terminarían alimentando la sección Teología para Millennials en el blog del P. Arroyo, La Razón en la Nube.
Ese primer paso llevó a que el sacerdote comenzara unos "almuerzos teológicos" semanales con alumnos de la universidad. "Empezamos con un día a la semana y ahora ya son dos días a la semana, a los que acuden los chicos que quieren, con dudas sobre la fe, sobre la Iglesia, y pueden preguntar lo que quieran".
El tercer paso fue la incursión en Facebook e Instagram, de la mano de la comunicadora Majo Salazar.
El P. Arroyo señaló que encontró "con sorpresa que muchos jóvenes han sido bombardeados con una serie de clichés en los medios de comunicación, que les han lavado la cabeza. Y cuando les enseñas a pensar la fe descubren que ahí están las respuestas a lo que buscaban".
"Uno de los chicos que asisten a los almuerzos, que estudia psicología, me dijo fue monaguillo de su iglesia pero perdió la fe, y la ha recuperado gracias a las clases de filosofía de la universidad. 'He redescubierto la racionalidad de la fe estudiando a Santo Tomás de Aquino'. ¡Me lo decía un chico de 20 años!", expresó.
El P. Arroyo dijo que es falso que los jóvenes no estén dispuestos a hacer sacrificios, como aquellos que se viven en la Iglesia. "Cuando ven un ideal que vale la pena, ellos son capaces de hacer cualquier sacrificio", aseguró.
"Los jóvenes son capaces de gran sacrificio, de ideales, de generosidad. Pero hay que hacer el esfuerzo por transmitirles el mensaje de la forma adecuada".
Lo que no se debe hacer, advirtió, "es repetir las fórmulas de siempre y esperar que los jóvenes las acepten. Al mismo tiempo hace falta un esfuerzo por hablarles en su lenguaje, que es muy visual, que no es de grandes discursos".
Además, dijo, "hace falta deconstruir todo lo que les han dicho erróneamente y a veces calumniosamente sobre la historia de la Iglesia".
El sacerdote mexicano reiteró que "la pregunta y la necesidad de Dios está siempre vigente, aunque tengamos una inmensa cantidad de información que quiera como apagarla".
"Por ejemplo, dice San Pablo que el hombre animal no sabe de las cosas de Dios. Si estamos en un ambiente consumista y erotizado, Dios nos sobra, porque con el dinero compramos lo que nos satisface. Pero llega un momento en el cual dices 'esto no me llena, el gastar, el irme todos los fines de semana, el beber, el meterme con todo el mundo, el poder hacer lo que a mí me da la gana, no me hace feliz, me da un gran vacío'".
"Los jóvenes también ven que algunos de sus modelos se terminan suicidando. Entonces oye, acá hay algo mal, algo que me huele mal".
Para el P. Arroyo, "tomando pie de las situaciones de su vida, de las circunstancias en las que están, se les puede reconducir hacia Dios, diciéndoles que el mensaje de Dios sigue siempre vigente".