La curación inexplicable de Manuel Antonio Lucena después de estar más de 10 minutos sin respiración tras sufrir un infarto, ha sido el milagro que permite la beatificación del P. Tiburcio Arnáiz que tendrá lugar el sábado 20 de octubre y a la que está previsto que asistan más de 10 mil personas.
El próximo 20 de septiembre tendrá lugar en la catedral de la ciudad de Málaga (España) la beatificación del P. Tiburcio Arnáiz, sacerdote jesuita conocido como "el apóstol de los más necesitados". Aunque el futuro beato nació en Valladolid en el año 1865, desarrolló su actividad pastoral en Málaga, en el sur de España.
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El proceso de beatificación del P. Arnáiz comenzó poco después de su muerte en el año 1926, pero se vio interrumpido por el inicio de la Guerra Civil en España (1936-1939), y se retomó en el año 1990.
Fue en 1994 cuando Manuel Antonio Lucena sufrió un infarto y estuvo más de 10 minutos sin oxígeno. Los médicos aseguraron que había sufrido un grave daño cerebral que le dejaría secuelas.
Lucena explicó a ACI Prensa que por entonces "no era devoto del Padre Arnáiz", pero que ahora es "un amigo muy especial".
"Me hospitalizaron, yo no recuerdo nada. Al noveno día hospitalizado en los que nadie daba nada por mi vida, mi hermana que era devota del P. Arnáiz, pidió a toda la familia que se encomendaran a él", asegura.
Su esposa, Encarnita Moya, recuerda con lágrimas en los ojos esos momentos. "Mi cuñada trajo una estampa del P. Arnáiz, y me dijo que teníamos que encomendarnos con mucha fe. Yo no conocía al P. Arnáiz, pero desde ese momento es parte de nuestra vida", explica a ACI Prensa.
Manuel Antonio estuvo más de dos meses hospitalizado en la Unidad de Cuidados Intensivos, porque su estado era muy grave, de hecho le dieron la extremaunción en tres ocasiones.
Pero la familia de Manuel Antonio, y en especial su esposa y su hermana, seguían rezando con muchísima fe al P. Arnáiz.
Encarnita asegura que la estampa del P. Arnáiz estuvo todos los días bajo la almohada de Manuel Antonio. Hasta que un día despertó y los médicos no sabían dar explicaciones a esta curación.
"Los médicos nos preguntaban si nos habíamos encomendado a alguien, si éramos católicos… Nosotros contestamos que sí, que nos habíamos encomendado al P. Arnáiz", recuerda Encarnita a ACI Prensa.
Manuel Antonio salió del hospital sin ninguna secuela física ni psíquica y los médicos no podían explicar cómo había sucedido.
Por eso la hermana de Manuel Antonio presentó su caso a la causa de canonización del P. Arnáiz, porque ella tenía la seguridad de que su hermano vivía por un milagro producido gracias a la intercesión de este sacerdote.
Después de numerosas pruebas médicas y testimonios de todas las personas que intervinieron en el caso de Manuel Antonio, se envió toda la documentación a la Santa Sede.
El Papa Francisco y la Congregación para las Causas de los Santos certificaron el pasado 18 de diciembre de 2017 que la curación de Manuel Antonio fue un milagro hecho por intercesión del P. Tiburcio Arnáiz.