San Juan Pablo II "dejó una huella imborrable en la Iglesia y en la sociedad", afirmó el Papa Francisco en un mensaje enviado a la diócesis italiana de Alba con motivo del congreso por los 40 años de la elección de Karol Wojtyla como sucesor de Pedro, ocurrida el 16 de octubre de 1978.
En el mensaje dirigido a Mons. Marco Brunetti, Obispo de Alba, el Pontífice expresó su deseo de que el evento invite a imitar las virtudes del Papa peregrino y a "dedicarse con ardor misionero al servicio del Evangelio".
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"Que el redescubrir su testimonio de fidelidad a Dios y de amor al hombre de este mi venerado Predecesor, aliente a todos, especialmente a los jóvenes, a abrir las puertas a Cristo para animar un generoso esfuerzo a favor de la paz, la fraternidad y la solidaridad", continuó Francisco.
El Santo Padre también manifestó su "aprecio por las iniciativas culturales y pastorales promovidas por la Diócesis de Alba para hacer memoria de las enseñanzas y de la ejemplaridad de vida del Santo Pontífice" Juan Pablo II.
Tras la muerte del Papa Juan Pablo I en 1978 –cuyo pontificado duró 33 días–, el Cardenal Karol Wojtyla fue elegido pontífice el 16 de octubre de ese mismo año y tomó el nombre de Juan Pablo II.
San Juan Pablo II fue el Papa 264 de la Iglesia Católica y lideró uno de los pontificados más largos de la historia, que concluyó el 2 de abril de 2005.
Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011 y el Papa Francisco lo declaró santo, junto al Papa Juan XXIII, el 27 de abril de 2014.