El Papa Francisco envió un mensaje a los participantes del evento "Puentes de paz" en la ciudad italiana de Bologna, en el que alentó a no resignarse ante "el demonio de la guerra ni la locura del terrorismo".
En el mensaje dado a conocer este domingo por la Oficina de Prensa del Vaticano, el Santo Padre se dirigió al Arzobispo de Bologna, Mons. Matteo Zuppi, a los líderes de las iglesias cristianas y de otras religiones participantes en el evento, que se realiza 32 años después del presidido por San Juan Pablo II en Asís.
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"Es urgente elaborar juntos memorias de comunión que sanen las heridas de la historia, es urgente tejer tramas de pacífica convivencia para el futuro. No podemos resignarnos al demonio de la guerra, ni a la locura del terrorismo ni a la fuerza inganable de las armas que devoran la vida", escribió el Santo Padre.
Francisco también resaltó que "no podemos dejar que la indiferencia se adueñe de los hombres, haciéndolos cómplices del mal, de aquel mal terrible que es la guerra, cuya crueldad la pagan sobre todo los más pobres y los más débiles. No podemos no asumir nuestra responsabilidad de creyentes, llamados con mayor razón en la ciudad global hodierna, a tener en el corazón el bien de todos y a no contentarnos con el propio estar en paz".
"Las religiones, si no siguen caminos de paz, se mienten a sí mismas. Ellas no pueden sino construir puentes, en nombre de Aquel que no se cansa de unir el Cielo y la tierra. Nuestras diferencias no deben ponernos los unos contra los otros: el corazón de quien realmente cree exhorta a abrir, siempre y en todo lugar, caminos de comunión".
Luego de resaltar la obligación de los creyentes de crear un mundo de paz, el Papa Francisco alentó a involucrar "de manera audaz a los jóvenes para que crezcan en la escuela de la paz y se conviertan en constructores y educadores de la paz".
El Pontífice recordó asimismo que en estos días se realiza en el Sínodo de los Jóvenes, en el que los obispos reflexionan sobre las nuevas generaciones, y destacó que "el mundo en el que viven parece con frecuencia hostil a su futuro y violento con quien es débil".
"Muchos no han visto la paz aún y no saben qué es una vida digna. Como creyentes, no podemos sino advertir con urgencia el fuerte grito de paz que se eleva desde su corazones y construir juntos ese futuro que les pertenece".
Tras recordar que en 2016 alentó a los jóvenes participantes de la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia (Polonia) a derribar muros y diferencias, el Santo Padre resaltó que "la pasión por la paz hace a todos más jóvenes allí donde realmente cuenta: en el corazón".
"Hoy, los unos junto a los otros, hombres y mujeres de credos y generaciones distintos, muestren que, con la ayuda de Dios, se puede construir juntos la paz posible. Es el camino a recorrer. Les agradezco y les auguro un buen camino por el bien de todos", concluyó el Papa.