En vísperas del centenario del fallecimiento de la Beata María Catalina Irigoyen, del Instituto Siervas de María, la comunidad de religiosas en Sucre (Bolivia) presentó una casa de acogida para enfermos terminales.
"Casa de acogida Sor María Catalina" es el nombre del lugar que atenderá a enfermos en fase terminal que no cuenten con los cuidados necesarios en sus familias.
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Esta actividad se sumó a otras celebraciones que realizaron las comunidades presentes en Cochabamba, Santa Cruz y La Paz, durante el año jubilar con motivo de los 100 años del fallecimiento de la Beata María Catalina, que dedicó su vida al cuidado de los enfermos.
La casa se inauguró el 9 de octubre con una Misa presidida por el Obispo Auxiliar de Sucre, Mons. Adolff Bittschi; y el Obispo Emérito, Mons. Jesús Pérez.
La ceremonia también contó con la presencia del personal del Hospital San Pedro Claver de Lasjastambo, donde también colaboran las religiosas.
"Hicimos esta casa con todo cariño, con ilusión y sobre todo deseando que el enfermo terminal tenga toda la comodidad hasta que se encuentre con Dios Padre, feliz y en tranquilidad", manifestó Sor Loreto Cazado, Superiora de las Siervas de María.
En conversación con ACI Prensa, la hermana Marisol Herrera explicó que la casa puede recibir a unos 30 pacientes que serán atendidos en forma gratuita por voluntarios profesionales de la salud.
La apertura oficial de la casa será aproximadamente en dos meses, cuando se hayan concretado algunos detalles pendientes.
En ese sentido, la hermana Marisol alentó a apoyar la obra en forma voluntaria, económica, material o espiritualmente. "Aquí están las puertas abiertas para cualquier persona que desee trabajar con nosotros", sostuvo.
Breve biografía
María Catalina nació en Pamplona (España) el 25 de noviembre de 1848. A los 30 años conoció a las Siervas de María y solicitó a su fundadora Santa María Soledad Torres Acosta que la admitiera en la congregación para dedicar su vida a la asistencia de los enfermos. Sin embargo, le aconsejaron que cuidara primero a sus familiares enfermos y luego se dedique a la obra.
Solucionada la situación familiar, María Catalina ingresó a la institución a los 33 años. Visitó más de 400 casas de enfermos y muchas más durante la epidemia del cólera.
Los últimos años de su vida María Catalina padeció una enfermedad a los huesos que la obligó a someterse a complicadas operaciones y a afrontar serios dolores que sobrellevó con serenidad y abandono en las manos de Dios.
Falleció el 10 de octubre de 1918 en la casa madre de las Siervas de María en Chamberí, Madrid, donde reposan sus restos mortales.
Fue beatificada el 29 de octubre de 2011, luego de comprobar su intercesión en la curación del doctor Luis Fernando Padilla, que vivía en La Paz y padeció una hidrocefalia que derivó en meningitis, edema cerebral, hemorragias e infartos cerebrales.
Las Siervas de María, Ministras de los Enfermos, se dedican al acompañamiento en el dolor, la soledad y atención de enfermos. Están presentes en Europa, América, África, Asia e Indonesia.