El Papa Francisco afirmó que "el matrimonio no es únicamente un evento 'social', sino que es un verdadero Sacramento que exige una adecuada preparación y una conciencia de la celebración".
En un discurso pronunciado en la Basílica de San Juan de Letrán ante los participantes en el curso promovido por la Diócesis de Roma y el Tribunal de la Rota sobre matrimonio y familia.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El objetivo del curso era "examinar los desafíos y los proyectos pastorales concernientes a la familia, considerada como iglesia doméstica y santuario de la vida".
Francisco señaló en su discurso que "el vínculo matrimonial exige por parte de los esposos una elección consciente que ponga bajo el foco la voluntad de constituir juntos algo que jamás podrá traicionarse o abandonarse".
En muchas ocasiones "la raíz última de los problemas, que llegan después de la celebración del sacramento nupcial, no sólo se encuentran en una inmadurez oculta y remota que explota de forma imprevista, sino que, sobre todo, provine de la debilidad de la fe cristiana y en la falta de acompañamiento eclesial".
Por ello, el Pontífice resaltó la necesidad de "un catecumenado permanente para el Sacramento del matrimonio que afecta a su preparación, la celebración y a los primeros tiempos posteriores. Es un camino compartido entre los sacerdotes, los trabajadores pastorales y los esposos cristianos".
"El acompañamiento del ministro ordinario ayudará a los futuros esposos a comprender que el matrimonio entre un hombre y una mujer es signo de unión esponsal entre Cristo y la Iglesia, haciéndose conscientes del significado profundo del paso que están dando".
Subrayó que "en los cursos de preparación al matrimonio es indispensable retomar la catequesis de iniciación cristiana a la fe, cuyos contenidos no se dan por descontados como si ya fueran adquiridos por los esposos".
"Mediante una actitud de acogida sincera de la pareja, un lenguaje adecuado y una presentación clara de los contenidos, es posible activar dinámicas que superen lagunas difusas: ya sea la falta de formación catequética, la carencia de un sentido filial de la Iglesia…".
Por último, indicó que "la mayor eficacia de la ayuda pastoral se produce cuando el acompañamiento no finaliza con la celebración del matrimonio y se alarga al menos durante los primeros años de vida conyugal".
Por ese motivo, propuso "coloquios personalizados con los coloquios y momentos comunitarios para tratar de ayudarles con los instrumentos y con el respaldo necesario para vivir su vocación".