En un encuentro ecuménico con los jóvenes en la iglesia luterana de Tallin, Estonia, el Papa Francisco reconoció que muchos jóvenes se sienten incomprendidos tanto en sus entornos familiares como en la Iglesia, y subrayó la necesidad de dar respuesta a sus necesidades.
El Papa mostró su empatía con los jóvenes ante el problema de la incomprensión que muchas veces sufren por parte de sus adultos, y la relativización de sus problemas.
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"A vosotros jóvenes os sucede a menudo que los adultos que tenéis cerca no saben lo que quieren o esperan de vosotros; o a veces, cuando os ven muy alegres, desconfían; y si os ven angustiados, relativizan lo que os pasa", reconoció.
En este sentido, aseguró que, en el próximo Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, que se celebrará en Roma, se tratará este asunto, y afirmó que, en la consulta previa al Sínodo realizada entre jóvenes de todo el mundo, "muchos de vosotros pedís que alguien os acompañe y os comprenda sin juzgar y que sepa escucharos".
Acompañados, no por "un juez inflexible" o "por un padre temeroso y sobreprotector", sino "por alguien que no tiene miedo de su propia debilidad y sabe hacer resplandecer el tesoro que, como recipiente de barro, protege dentro de sí".
Además, insistió que la Iglesia tiene la voluntad de acompañar a los jóvenes en todas las circunstancias: "Hoy aquí deseo deciros que queremos llorar con vosotros si estáis llorando, acompañar con nuestras palmas y nuestra risa vuestras alegrías, ayudaros a vivir el seguimiento del Señor".
El Papa reconoció que existe un alejamiento de muchos jóvenes respecto a la religión: "Muchos jóvenes no nos piden nada porque no nos consideran interlocutores significativos para su existencia. Algunos incluso, piden que los dejemos en paz, sienten la presencia de la Iglesia como algo molesto y hasta irritante".
"Les indignan los escándalos económicos y sexuales ante los que no ven una firme condena, el no saber interpretar adecuadamente la vida y la sensibilidad de los jóvenes por falta de preparación, o simplemente el rol pasivo que les asignamos".
Francisco también señaló otro problema al que se enfrentan los jóvenes: la percepción de que "el amor ha muerto".
"Son muchos los que tienen esa experiencia: ven que se termina el amor de sus padres, se disuelve el amor de pareja apenas casados, experimentan el desamor cuando a nadie le importa que tengan que emigrar a buscar trabajo o se los mire de reojo por ser extranjeros".