Aunque el así llamado "verano de escándalos" ha golpeado duramente a la Iglesia tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo, la fe de los católicos reunidos en el V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana en Grapevine, estado de Texas, permanece muy firme.
"Estamos desconsolados por lo que nos hemos enterado", dijo Rocio Portillo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–. Sin embargo, aseguró, "eso no cambia mi fe en mi Iglesia, y estoy realmente orgullosa de ser católica y de haber sido criada en esa fe y llevársela a mis hijos".
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El V Encuentro Nacional de Pastoral Hispana, que se realiza del 20 al 23 de septiembre, es la culminación de un proceso de años a nivel parroquial, diocesano y regional de escucha y empoderamiento de los católicos hispanos y latinos.
La publicación de las acusaciones de inconductas sexuales contra el ex Cardenal Theodore McCarrick, en junio de este año, dispararon una serie de acusaciones públicas de que el Arzobispo Emérito de Washington había acosado o abusado sexualmente de seminaristas y sacerdotes durante décadas, así como una acusación de que había abusado sexualmente de un menor.
Desde entonces, varios obispos en Estados Unidos y Roma han enfrentado cuestionamientos sobre desde cuándo estaban enterados de las acusaciones contra McCarrick, y cómo le habían permitido continuar ejerciendo el ministerio a pesar de rumores generalizados de sus inconductas.
En medio de esto, se publicó un informe de un gran jurado detallando cientos de casos de abusos sexuales en seis diócesis de Pensilvania. Aunque los escándalos no han sido el centro del V Encuentro, han sido mencionados varias veces en los conversatorios y entre los participantes.
"Mis amigos, sabemos que este es también un tiempo de dolor en nuestra madre Iglesia. Como obispos, no hemos cumplido con lo que Dios espera de Sus pastores", dijo el Cardenal Daniel DiNardo, Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) y Arzobispo de Galveston-Houston, en sus palabras iniciales del Encuentro, el 20 de septiembre.
"Por esto, pedimos otra vez perdón tanto del Señor y de aquellos que han sido heridos, y de ustedes, el Pueblo de Dios. Que Dios nos conceda la sabiduría y la resolución para reformar y renovar Su Iglesia. Continuaremos apoyando a los sobrevivientes de abuso en su curación. También nos comprometemos a protecciones más fuertes para asegurar que el mal del acoso y el abuso sexual, de todo tipo, sea arrancado de la Iglesia", añadió.
El purpurado señaló que "en medio de esta oscuridad, el Encuentro es una luz que brilla e ilumina el camino hacia delante. El entusiasmo, la pasión, el amor y la alegría del proceso del Encuentro es un medio de gracia, un don para nosotros mientras reconstruimos la Iglesia".
Por su parte, el Arzobispo de San Antonio, Mons. Gustavo García-Siller, se refirió también a los escándalos en su discurso del 20 de septiembre, diciéndole a los participantes que ellos "tienen razón al estar desconsolados por las culpas de sus pastores".
"Recemos a Dios por las víctimas que llevaron a esta crisis. Hagan todo lo que puedan por sanar a todas las víctimas de estos abusos. Y recen también por los perpetradores y por nosotros, sus pastores", pidió.
En diálogo con CNA, el P. José Carlos, un sacerdote de Hobbes, Nuevo México, coincidió en que los delegados del Encuentro tienen que ser "una luz en la oscuridad".
Carlos Mendez, un delegado de Los Ángeles en el Encuentro, dijo a CNA que los escándalos "no reducirían mi fe en lo absoluto, porque yo sigo a la Iglesia, no sigo las obras de otras personas".
Alfredo Portillo, delegado de Las Vegas, dijo a CNA que aunque está entristecido por las noticias de escándalos que parecen surgir "cada día", él fue animado por lo que vio en el Encuentro.
"Pienso que esto llegó en un momento perfecto", aseguró. "Y de esto algo nuevo va a crecer, y es muy necesario. Este es un gran momento para la Iglesia en todo el mundo".
Traducido y adaptado por David Ramos. Publicado originalmente en CNA.