El Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, afirmó que el objetivo del Vaticano en el acuerdo provisional firmado con China "es pastoral" y que "por primera vez, hoy, todos los obispos en China están en comunión con el Santo Padre".
Este 22 de septiembre la Santa Sede informó de la firma de un acuerdo provisional con China sobre el nombramiento de los obispos. El documento fue suscrito en Pekín durante la reunión entre Mons. Antoine Camilleri, Subsecretario para las Relaciones de la Santa Sede con los Estados, y Wang Chao, Viceministro de Asuntos Exteriores de la República Popular China.
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Según un comunicado difundido por la Sala de Prensa de la Santa Sede, con este acuerdo el Papa Francisco "ha decidido readmitir en la plena comunión eclesial a los obispos 'oficiales' ordenados sin mandato pontificio" que todavía no estaban en comunión con Roma.
Estos obispos son Mons. Giuseppe Guo Jincai, Mons. Giuseppe Huang Bingzhang, Mons. Paolo Lei Shiyin, Mons. Giuseppe Liu Xinhong, Mons. Giuseppe Ma Yinglin, Mons. Giuseppe Yue Fusheng, Mons. Vincenzo Zhan Silu y Mons. Antonio Tu Shihua.
Este último obispo falleció el 4 de enero de 2017 y antes de morir había expresado su deseo de reconciliarse con la Santa Sede.
Hasta el momento no se ha informado cuál será la postura del Gobierno chino con los obispos clandestinos fieles a Roma.
En un comunicado difundido por el Vaticano, el Cardenal Parolin afirmó que esta firma "es un acontecimiento de especial importancia para la vida de la Iglesia Católica en China, para el diálogo entre la Santa Sede y las autoridades civiles de aquel país, y también para la consolidación de la paz, del entendimiento entre los pueblos, en estos momentos de grandes, fuertes tensiones internacionales".
"El objetivo de la Santa Sede es un objetivo pastoral, es decir, es ayudar a las iglesias locales para que gocen de condiciones de mayor libertad, de mayor autonomía, de una posibilidad de una mejor organización, y así se dediquen al anuncio del Evangelio y a contribuir al desarrollo integral de la sociedad y de la persona", aseguró.
Asimismo, dijo que con la firma, "por primera vez, hoy, todos los obispos en China están en comunión con el Santo Padre, con el Papa, con el Sucesor de Pedro. Y el Papa Francisco, como sus inmediatos Predecesores, mira con particular atención y con un especial cuidado al pueblo chino".
"Se necesita unidad, se necesita confianza, se necesita un nuevo empuje, como también se necesita tener buenos obispos que sean reconocidos por el Papa, por el Sucesor de Pedro, y por las legítimas autoridades civiles de su país. Y el acuerdo se pone en esta línea: es un instrumento para que se pueda ayudar en eso, con la colaboración de todos".
El Purpurado dijo que el Papa Francisco se dirige a toda la comunidad católica en China, a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles, "para que pongan gestos concretos de reconciliación entre hermanos, superando las incomprensiones del pasado y las tensiones, sobre todo las tensiones y las incomprensiones más recientes".
"De esta manera –aseguró– podrán anunciar y testimoniar el Evangelio, que es el papel, la tarea principal de la Iglesia, y al mismo tiempo contribuir a la construcción de una sociedad justa y armoniosa, manifestar el genuino amor a la patria y también ayudar para que se pueda construir un porvenir de paz y de concordia entre todos los pueblos".
En declaraciones a los medios de comunicación, el Director de la Sala de Prensa, Greg Burke, señaló que este acuerdo provisional "no es el final del proceso" de diálogo entre el Vaticano y las autoridades chinas para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos Estados y entre la Iglesia y el Gobierno chino, sino que "es el comienzo".
Dijo que el acuerdo provisional se ha alcanzado por medio del "diálogo, de la escucha paciente entre las dos partes, incluso cuando provienen de puntos de vista muy diferentes".
Además, insistió en que "el objetivo del acuerdo no es político, sino pastoral, permitiendo a los fieles tener Obispos que estén en comunión con Roma y, al mismo tiempo, que sean reconocidos por las autoridades chinas".
En el comunicado en el que se anunció la firma, el Vaticano señala que "es un deseo compartido que este acuerdo favorezca un camino de diálogo institucional fecundo y a largo tiempo y que contribuya positivamente a la vida de la Iglesia Católica en China, al bien del pueblo chino y a la paz en el mundo".