El domingo 16 de septiembre Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián, sufrió de nuevo el acoso de una decena de activistas de Femen durante una visita al Santuario de Arrate, en Guipúzcoa (España).
Un grupo de radicales feministas del grupo Femen esperaba al Obispo con la cabeza encapuchada y el torso desnudo gritando "Gora Borroka Feminista", es decir "Viva la lucha feminista" en euskera.
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Un grupo de pseudo #feministas protesta contra el @ObispoMunilla en #España mientras iba a celebrar la Eucaristía en un nuevo convento de las @Csamaritanas que están llegando a la vida de miles de jóvenes por redes sociales. ¡Gracias Mons. Munilla y Hermanas por su testimonio! pic.twitter.com/rQgcOn24Xs
- Amor en Movimiento (@Amor_Movimiento) 17 de septiembre de 2018
Sin embargo, Mons. Munilla no respondió a las provocaciones. Las religiosas carmelitas samaritanas, que viven en el Santuario de Arrate, ayudaron a entrar al Prelado acompañándole hasta el interior de la iglesia.
Una vez en el interior del santuario, el Obispo de San Sebastián se arrodilló ante el Sagrario para rezar durante unos segundos después del acoso sufrido por Femen.
Esta es la segunda vez que el Obispo de San Sebastián es víctima de las protestas de grupos feministas.
El pasado 8 de marzo varias mujeres se manifestaron con el torso descubierto ante la catedral del Buen Pastor de San Sebastián como protesta a unas declaraciones del Prelado manipuladas por un diario español y laicista.
Según este diario, el Obispo habría afirmado que "las mujeres tienen el demonio dentro".
Sin embargo, las palabras del Prelado fueron que "el feminismo radical tiene como víctima a la propia mujer y tiene como víctima a la verdadera causa femenina. Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde las propias filas. El feminismo, al haber asumido la ideología de género, se ha hecho una especie de harakiri".
En la aclaración a sus palabras Mons. Munilla aseguró: "Creo que es la comunión, la conjunción, la integración de la diversidad entre el hombre y la mujer la que construye un mundo justo".
También apuntó que "no existe ninguna divergencia" entre lo que él afirmó y las palabras del Arzobispo de Madrid, que fueron bien acogidas por los medios.
"La clave está en qué palabrita saquemos de un discurso de una hora", subrayó entonces el Prelado.