El sacerdote de la Diócesis de Astorga (España), P. José Manuel Ramos Gordón, ha sido suspendido por diez años del ejercicio del ministerio sacerdotal en público después de que se probara que abusó sexualmente de varios alumnos del Colegio Juan XXIII en los años 80.

El Obispo de Astorga, Mons. Juan Antonio Menéndez, compareció ante los medios de comunicación para informar sobre la resolución emitida por la Congregación para la Doctrina de la fe respecto al caso del sacerdote José Manuel Ramos Gordón, acusado de abusos sexuales contra menores en el Colegio Juan XXIII de la localidad de Puebla de Sanabria, entre los años 1981 y 1984.

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Un exalumno del Colegio Juan XXIII contó lo sucedido a Mons. Menéndez, quién le animó a interponer una denuncia legal.

"A pesar de que los hechos denunciados habían prescrito canónica y civilmente, pues se remontan a hace más de 35 años, ordené una investigación exhaustiva, como había anunciado en rueda de prensa y di cuenta a la Santa Sede de esta decisión", aseguró el Obispo.

La investigación finalizó en junio de 2017 y se envió la información a la Congregación para la Doctrina de la Fe, "que es el organismo competente para juzgar estos casos".

Durante la rueda de prensa el Prelado aseguró que esta Congregación "haciendo uso de las facultades especiales concedidas por el Santo Padre, levantó la prescripción de los hecho y me encomendó realizar un proceso administrativo penal en la diócesis", que fue llevado a cabo por expertos juristas extradiocesanos.

Finalizado el proceso se declararon "probados los hechos denunciados y, por tanto, la comisión de un delito grave de abusos sexuales a menores", aseguró el Obispo.

De esta manera se notificó al P. José Manuel Ramos Gordón "la imposición de la pena canónica de privación del ejercicio público del ministerio sacerdotal durante diez años residiendo en un monasterio o convento fuera de la diócesis de Astorga. Pasados los diez años, el sacerdote podrá volver a la diócesis para residir en la Casa Sacerdotal y sólo podrá celebrar la eucaristía fuera de la casa con la autorización del Ordinario".

El Obispo de Astorga informó personalmente de la decisión al sacerdote y también a la víctima a quien expresó su "dolor por la gravedad del delito cometido", también le pidió "perdón en nombre de toda la comunidad diocesana" y se puso a su disposición "para acompañarle espiritual y humanamente en aquello que legítimamente pueda hacer".

Varios medios de comunicación han reproducido los abusos que este sacerdote cometió contra los alumnos del Colegio Juan XXIII.

ADVERTENCIA: El relato de los abusos puede herir la sensibilidad del lector.

Los niños que vivían en la escuela estaban divididos entre pequeños, medianos y grandes. "Él siempre iba al dormitorio de los pequeños y de los medianos. De los grandes no", relata una de las víctimas.

"No se me olvidará nunca la primera vez que me dijeron que José María, Chema, hacía estas 'cosas feas'. Fueron un compañero y mi hermano. Mi hermano ya había sufrido esto antes. A mí se me hacía muy difícil que un sacerdote hiciera esto, pero me lo creía porque mi hermano me lo dijo y más como veía a mi hermano: pálido, mal", relata una de las víctimas de este sacerdote.

"Al tercer o cuarto día que me dijeron esto, llegó a mí. No he vivido nada tan traumático como lo que viví ese día. Me desperté porque me estaba tocando. En ese momento te quedas inmóvil. Provocaba miedo y que fuera él daba pánico. No piensas en reaccionar o gritar, simplemente no haces nada, te quedas bloqueado. Me tocó, me acariciaba, me masturbaba y cuando se cansó se fue. Fueron cinco o seis minutos", relata.

El 19 de septiembre ACI Prensa se puso en contacto con la Diócesis de Astorga para preguntar por qué se eligió la suspensión y no la expulsión del estado clerical. La persona que respondió se remitió al comunicado e indicó que la delegada de medios de comunicación se encuentra de vacaciones y que no había nadie para contestar a la consulta sobre este caso de abusos.

En su comunicado, Mons. Menéndez reiteró "en comunión con el Santo Padre Francisco" su "más firme condena y repulsa" por estos hechos que calificó de "execrables y vergonzosos" y reafirmó su decisión de luchar "contra estos delitos por todos los medios legítimos".

En ese sentido el Obispo de Astorga recordó también las palabras de la carta que el Papa Francisco envió al Pueblo de Dios sobre los abusos sexuales en la Iglesia y en las que el Santo Padre aseguraba que "mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado.

Mirando hacia el futuro nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse".

Junto al Papa, el Obispo pidió a todos los fieles de la Diócesis de Astorga "que acompañen el dolor y el sufrimiento de las víctimas de los abusos con la oración y la penitencia y pidan una verdadera conversión para el sacerdote que cometió tales delitos".

También reclamó a los cristianos y a la sociedad que hagan todo lo posible para que "en adelante se garantice y se proteja la integridad de los niños y de adultos en estado de vulnerabilidad así como la implementación de 'la tolerancia cero' a la que repetidas veces alude el Papa Francisco".

Biografía

José Manuel Ramos Gordón nació en una pequeña localidad de León (España) con 11 años entró en el Seminario Menor de San José de La Bañeza, a unos 20 kilómetros de su localidad natal.

En 1971 entró en el Seminario Mayor Diocesano de Astorga y fue ordenado sacerdote en 1978, con 25 años.

Su primer destino fue en el Colegio Juan XXIII de Puebla de Sanabria, en la ciudad de Zamora (España). Allí ejerció como profesor durante nueve años, hasta 1987.

Durante su tiempo como profesor abusó sexualmente de varios alumnos.

Sus superiores decidieron de forma repentina trasladarlo a otro lugar y fue enviado al Seminario Menor de San José de La Bañeza, en donde fue profesor y tutor.

Una de las víctimas, que escribió al Papa Francisco para denunciar el abuso, advirtió a los responsables del seminario sobre los abusos de Ramos Gordón. Sin embargo, no se tomaron medidas al respecto, solo se envió al sacerdote a otro destino pastoral sin contacto directo con menores en la comarca de Tábara, Zamora.

Allí estuvo 26 años. Incluso en el año 2001 fue galardonado con el reconocimiento al "Tabarés del año" por su esfuerzo por difundir el patrimonio histórico.

Por su conocimiento cultural fue nombrado delegado del Patrimonio del Obispado de Astorga.

En julio de 2016, cuando comenzó la investigación,  Ramos Gordón fue apartado de la parroquia de Tábara y se le hizo un homenaje.

Puede leer íntegro el comunicado de la Diócesis de Astorga AQUÍ.