Mons. Pablo Galimberti, Obispo Emérito de Salto en Uruguay, publicó recientemente un artículo titulado "En defensa de Francisco", tras las acusaciones contra obispos, sacerdotes y el Papa hechas por Mons. Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos.
En su artículo, publicado originalmente en el diario uruguayo Cambio y luego en el sitio web de la Conferencia Episcopal del Uruguay, Mons. Galimberti, aseguró que a Mons. Viganò, tras dejar la nunciatura en Estados Unidos, no le agradó que el Papa Francisco lo enviara a vivir a una dióceiss italiana.
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"Esto no agradó a Viganó, que buscando motivos para quedarse en Roma, inventó la excusa de tener que cuidar a un hermano gravemente enfermo. Viganó fue acumulando rencor y resentimientos y ahora apunta hacia el Papa", dijo el prelado uruguayo.
Mons. Viganò publicó el 25 de agosto un "Testimonio" de 11 páginas, responsabilizando a diversos sacerdotes, obispos y cardenales de encubrir las denuncias de abusos sexuales que pesan sobre el ex cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo Emérito de Washington.
El ex nuncio en Estados Unidos dijo además que poco después de su elección, en marzo de 2013, el Papa Francisco levantó supuestas sanciones que su predecesor, Benedicto XVI, le habría impuesto a McCarrick y lo habría convertido en "su consejero de confianza".
El 20 de junio de este año, el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, siguiendo órdenes del Papa Francisco, prohibió a McCarrick ejercer el ministerio público, luego de que una investigación realizada por la Arquidiócesis de Nueva York encontró que una acusación de abuso sexual de un menor era "creíble y comprobada".
Un mes después, el Papa Francisco aceptó la renuncia de McCarrick al Colegio Cardenalicio.
Para Mons. Galimberti, al decidir hacer pública su carta Mons. Viganò "se ha equivocado por completo".
"No insistió procurando una audiencia privada para discutir el caso McCarrick (arzobispo acusado a quien el Papa 'degradó' de su condición de cardenal). Y en lugar de los caminos silenciosos del diálogo franco, mirándose a la cara, ha hecho explotar una bomba, que aunque fechada el 22 de agosto, otra mano seguramente prefirió hacerla estallar justo en ocasión de la visita de Francisco a Irlanda".
"Viganó acusa al Papa de haber dilatado una medida disciplinar contra el cardenal americano. Pero la pregunta es por qué Viganó calló este asunto durante cinco largos años, sin abrir la boca hasta ahora. Sobre él mismo recae la misma responsabilidad y su testimonio no parece ser desinteresado", aseguró el prelado uruguayo.
El Obispo Emérito de Salto destacó que "Francisco es paciente. Se informa y corrobora las fuentes. Coteja testimonios y luego actúa sin que le tiemble el pulso".
Además, subrayó que "aunque la noticia sorprende, no seamos fariseos. El Evangelio narra la petición de Santiago y Juan, apóstoles, que causó indignación en el grupo: 'Maestro, queremos que nos concedas lo que te vamos a pedir: sentarnos uno a tu derecha y otro a tu izquierda cuando estés en tu gloria'".
Para el prelado uruguayo, "Francisco continúa sorprendiendo a muchos, especialmente en el Vaticano: visitando inmigrantes, las cárceles, desayunando con mendigos y prefiriendo a pastores con olor a oveja".
"Muchos periodistas se han sorprendido ante lo ocurrido. En lugar de esgrimir argumentos deja a los cronistas el juicio, en un acto de confianza, contando con la madurez profesional de cada uno, porque 'ustedes tienen la capacidad periodística suficiente para sacar las conclusiones'".
Mons. Galimberti recordó que la periodista Stefania Falasca, de Avvenire, calificó recientemente "la carta como mezcla de medias verdades", y aseguró que "la desinformación se construye precisamente sobre medias verdades. Un clásico mecanismo dirigido a impedir la respuesta".
"La frutilla de la torta llegó al final de todo este affaire", dijo el prelado, señalando que "en una conversación con la la agencia Ap, un periodista de un blog anti-Bergoglio, poseído por una euforia de protagonismo, confesó que fue él quien preparó el montaje de la carta".
El prelado uruguayo se refirió así al periodista italiano Marco Tosatti, que en declaraciones a Associated Press el 28 de agosto aseguró que alentó a Mons. Viganò a hacer público su testimonio.
Tosatti dijo además que ayudó a preparar el texto final con "un estilo periodístico", en base a "una suerte de borrador" que escribió el ex nuncio en Estados Unidos.
Para Mons. Galimberti, "el perfil del Papa Francisco agrada y a la vez molesta. Según desde dónde se lo mire. Lo cierto es que para muchos ha sido una bocanada de aire nuevo y purificado".
"Tratemos de escuchar la voz del Espíritu en estas turbulencias eclesiales y sociales", concluyó.