Más de 5.000 laicas católicas ha escrito una carta abierta al Papa Francisco, exigiendo que responda las preguntas generadas por la reciente acusación del Arzobispo Carlo Maria Viganò, ex nuncio en Estados Unidos.
Al comenzar su carta, las mujeres recordaron una frase del papa Francisco sobre el papel de las mujeres en la Iglesia: 'usted ha dicho que busca 'una presencia más incisiva en la Iglesia' y que 'las mujeres son capaces de ver cosas con un ángulo diferente (que los hombres), con un ojo diferente. Las mujeres son capaces de hacer preguntas que los hombres no somos capaces de entender'".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Le escribimos, Santo Padre, para hacer preguntas que necesitan respuestas", señalan en la misiva.
Específicamente, están buscando respuestas a las preguntas surgidas tras la reciente carta de Mons. Viganò, que acusó al Papa Francisco y a otros miembros de la jerarquía de la Iglesia de encubrir las acusaciones de abusos sexuales contra el ex cardenal Theodore McCarrick.
Las preguntas de las mujeres para el Papa incluyen si supo o cuándo se enteró de alguna sanción supuestamente impuesta por Benedicto XVI sobre el entonces cardenal Theodore McCarrick, y si él permitió que McCarrick volviera al ministerio público a pesar de saber sobre estas sanciones y acusaciones.
Al ser consultado por periodistas en el vuelo de regreso del Encuentro Mundial de las Familias en Irlanda, el Papa Francisco respondió diciendo que "no diré una palabra sobre esto", y en su lugar alentó a los periodistas a estudiar la carta de Viganò por ellos mismos y sacar sus propias conclusiones.
"Para su rebaño herido, Papa Francisco, sus palabras son inadecuadas", dijeron las firmantes de la carta, pidiendo la respuesta del Santo Padre.
Las palabras del Papa a la prensa, dijeron, "hieren, recordatorio del clericalismo que usted recientemente condenó".
"Necesitamos liderazgo, verdad y transparencia. Nosotros, su rebaño, merecemos sus respuestas ahora".
"Por favor, no se aleje de nosotros", pidieron. "Usted se ha comprometido a cambiar las maneras clericales en la Iglesia. Que un cardenal se aproveche de seminaristas es horrendo. Necesitamos saber que podemos confiar en que usted sea honesto con nosotros sobre lo que ha sucedido".
"Las víctimas que han sufrido tanto necesitan saber que pueden confiar en usted. Familias que serán la fuente de la renovación de la Iglesia, necesitan saber que podemos confiar en usted, y por tanto confiar en la Iglesia".
Las mujeres que han firmado la carta sirven en diferentes posiciones y vocaciones dentro de la Iglesia, tanto en la vida pública como privada. Ellas se describen como "profundamente comprometidas con nuestra fe y profundamente agradecidas por las enseñanzas de la Iglesia, los sacramentos y los muchos buenos obispos y sacerdotes que han bendecido nuestras vidas".
Son, indicaron, "esposas, madres, mujeres solteras, mujeres consagradas y hermanas religiosas. Somos las madres y hermanas de sus sacerdotes, seminaristas, futuros sacerdotes y religiosos".
"Somos las líderes laicas de la Iglesia y las madres de la próxima generación. Somos profesoras en sus seminarios, y líderes en las cancillerías e instituciones católicas. Somos teólogas, evangelistas, misioneras y fundadoras de apostolados católicos".
"En breve –añadieron– somos la Iglesia, tanto como los cardenales y obispos a su alrededor".
La carta está firmada "con amor por Cristo y la Iglesia".
Las firmantes incluyen importantes intelectuales y directoras de instituciones católicas y provida, así como profesoras de importantes universidades católicas en Estados Unidos, mujeres que son madres de seminaristas, dueñas de negocios, filósofas y psicólogas.
La carta, publicada el 30 de agosto, es descrita como una iniciativa personal de las firmantes originales y no fue organizada o patrocinada por ningún grupo u organización.
Puede leer el texto completo, en inglés, AQUÍ.
Traducida y adaptada por David Ramos. Publicada originalmente en CNA.