El Obispo de Melo (Uruguay), Mons. Heriberto Bodeant, emitió un comunicado para aclarar la situación de un sacerdote colombiano acusado de abuso sexual y que ejercía como párroco en la ciudad de Fraile Muerto.
El Prelado aclaró que "no se recibió en el obispado ninguna denuncia formal sobre abuso de menores. En cambio, en el gimnasio de Fraile Muerto apareció un escrito que aludía al sacerdote, involucrándolo sexualmente con tres personas".
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Mons. Bodeant explicó que en una conversación que tuvo con el sacerdote, este alegó que el escrito en la pared era "una calumnia" y expresó su deseo de volver a Colombia por motivos de salud y porque sus padres son ancianos.
Mons. Bodeant le negó la solicitud de salir del país, ya que "ante todo, esa situación debía ser aclarada".
El Obispo indicó que fue a Fraile Muerto y pudo ver "una foto de la pintada, que ya había sido tapada. Allí se aludía a tres personas, de sexo masculino: una de ellas con su apellido, a quien pudimos identificar, mayor de edad; las otras dos por sobrenombres, que hasta ahora no se ha llegado a identificar".
A raíz de esto, se inició una investigación y se interrogó al sacerdote, quien "negó haber tenido relaciones sexuales con nadie".
El sacerdote insistió en su deseo de volver a Colombia, pero "se le dijo rotundamente que no se le daba autorización para retirarse de la diócesis sin que se aclarara debidamente si había ocurrido algo o no", señala el comunicado.
Pese a las advertencias, el 31 de julio el sacerdote regresó a Colombia. Mons. Bodeant lo suspendió en su ministerio y lo instó a regresar. La Iglesia en Colombia tomó conocimiento de la situación del sacerdote.
"La investigación sobre la conducta del sacerdote sigue abierta, buscando establecer cuál es la verdad. Toda persona que desee aportar información al respecto será recibida y escuchada", expresó Mons. Bodeant.
Finalmente informó que la Conferencia Episcopal de Uruguay dispone de una línea telefónica para recoger eventuales denuncias de esos delitos: (+598) 095 382 465.