El Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, afirmó que la respuesta al escándalo de los abusos sexuales en la Iglesia ya la ha escrito el Señor al lanzar un llamado "siempre más fuerte a la santidad".
Así lo indicó el Purpurado en la Misa por la fiesta de San Bernardo Tolomei, en la iglesia de la abadía de Monte Oliveto Maggiore, en la provincia de Siena a unos 220 kilómetros al norte de Roma.
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El domingo 19 de agosto, el Cardenal afirmó que "la respuesta al escándalo ya la ha escrito el Señor, venciendo en sí mismo, a través de su muerte y resurrección, todo engaño y seducción de Satanás y lanzando una llamada siempre más fuerte a la santidad".
El Purpurado argentino dijo que el testimonio de los monjes como San Bernardo es muy necesario hoy en "un mundo que está en continuo litigio y conflicto". "Como en el pasado, escuchamos en nuestros días grandes escándalos también dentro de la Iglesia, ya que aquellos que deberían ser hombres de Dios han sido capaces de transformarse ¡generando para ellos y otros una escalera que en vez de ir al Cielo baja al abismo de la perdición!"
Ante esto, prosiguió el Cardenal, la vida de los monjes no es "una fuga del mundo, sino un querer caminar por las huellas dejadas por el mismo Cristo, siervo que en humildad con el Padre vino para salvar al hombre".
"El camino de Dios, que todo hombre debe buscar siguiendo a su propio corazón, conduce inevitablemente a constituir una comunidad nueva, recta, que sigue la ley evangélica", agregó.
San Bernardo de Tolomei fue canonizado con otros beatos por el Papa Benedicto XVI el 26 de abril de 2009 en la Plaza de San Pedro.
En aquella oportunidad, Benedicto XVI recordó que San Bernardo de Tolomei, durante la gran peste de 1348, "dejó la soledad de Monte Oliveto para ir al monasterio de San Benito en Porta Tufi, en Siena, a fin de asistir a sus monjes contagiados por la enfermedad, y él mismo murió víctima del contagio, como auténtico mártir de la caridad".
"El ejemplo de este santo nos invita a traducir nuestra fe en una vida dedicada a Dios en la oración y entregada al servicio del prójimo con el impulso de una caridad dispuesta incluso al sacrificio supremo", resaltó el hoy Papa Emérito.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa