La Iglesia de Nicaragua ha dado un gran ejemplo de compromiso con las libertades ciudadanas en el país centroamericano y así lo han querido reconocer los Obispos de Estados Unidos al enviar a Managua a Mons. Timothy P. Broglio, Presidente del Comité del International Justice and Peace' de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos.
Mons. Broglio estuvo en la capital nicaragüense del 3 al 6 de agosto por invitación de los Obispos de Nicaragua y, de regreso a Estados Unidos, ha escrito una carta, difundida el 17 de agosto, en la que expresa, de parte de los Obispos estadunidenses, "nuestra profunda y firme solidaridad con nuestros hermanos del episcopado nicaragüense quienes, junto con sus sacerdotes y ministros, están alimentando al rebaño de Cristo en Nicaragua en estos peligrosos tiempos de enfrentamiento civil".
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Nicaragua se encuentra sumida en una grave crisis social y política desde el pasado mes de abril como consecuencia del colapso social ocasionado por el autoritarismo del Presidente Daniel Ortega. Miles de nicaragüenses se han manifestado contra el Presidente, protestas que han sido reprimidas con violencia por grupos afines al mandatario.
Fruto de la represión, numerosas iglesias, Obispos y sacerdotes han sido atacados por grupos paramilitares dirigidos por Ortega.
"Lloramos la muerte de cientos de nicaragüenses, muchos de ellos al comienzo de su juventud, y nos horrorizan los informes de profanaciones de iglesias en todo el país", señala en la carta.
En ese sentido, afirma que "el desacuerdo, incluso el desacuerdo vociferante, es legítimo, pero los responsables del bien común, deben garantizar, como mínimo, la seguridad de los manifestantes pacíficos".
En la carta explica que durante su visita "me he sentido conmovido por la inquebrantable fe del pueblo de Nicaragua. Los nicaragüenses, ahora de forma especial, confían en la amorosa Providencia de Dios todopoderoso para iluminar los corazones y las mentes del Gobierno del país y de los líderes de la sociedad para que, juntos, puedan trabajar por una paz justa".
Además, reveló que "tuve el honor de celebrar la Santa Misa el domingo 5 de agosto en la Catedral de Managua, junto con Su Eminencia el Cardenal Leopoldo José Brenes Solórzano, Arzobispo de esa ciudad, quien me invitó a dirigirme a su rebaño con una homilía que expresara el propósito de mi visita".
Durante la homilía subrayó que "la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos me ha enviado para apoyar el trabajo de los Obispos de Nicaragua. Mi presencia ilustra que, juntos, caminamos en servicio de la verdad, de los pobres y de la paz'".
"Precisamente, es la fe intensa del pueblo nicaragüense la que, a pesar de las dificultades actuales, me llena de gran optimismo. Dicha fe mueve los corazones para trabajar por la reconciliación en el espíritu fructífero de la caridad cristiana", concluyó.