El Obispo de Liège (Bélgica), Mons. Jean-Pierre Delville, fue agredido y asaltado por un grupo de desconocidos que ingresaron a su casa durante la noche del martes 14 de agosto.
Según informó la Diócesis de Liège en un comunicado de prensa, durante la noche del 14 al 15 de agosto los ladrones entraron al obispado –donde reside Mons. Delville– a través de una ventana de la planta baja.
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Los criminales "estaban enmascarados y eran profesionales" y "agredieron al Obispo, así como a su ahijado que se encontraba en la casa" y "los amenazaron con matarlos".
"Los amenazaron para que les den dinero en efectivo, creyendo que el monto recaudado de las iglesias se concentraba en el obispado", señaló la diócesis.
"Los ladrones les explicaron que buscaban dinero para una sanar a la hija de uno de ellos, que tenía 5 años y estaba enferma. Ellos hablaban alemán, un idioma extranjero no identificado y un mal francés", describe el comunicado.
Los delincuentes le pidieron oro a Mons. Delville, que "no pudo darles más que los tres cálices que se conservan en el oratorio y en la capilla del obispo".
También se llevaron "pinturas valiosas", algunas realizadas por Picasso, y "cuatro objetos de alabastro que databan del siglo XVII y que decoraban la sala del consejo".
Después "encerraron al obispo y a su ahijado en un baño, donde fueron encontrados sanos y salvos a la mañana siguiente".
En declaraciones a Radio Télévision Belge de la Communauté Française (RTBF), Mons. Delville expresó que perdonaba a sus agresores, al darse cuenta de que lo habían confrontado personas cuyo "trasfondo es problemático".
Agregó que los ladrones le dijeron que lo habían estado observando durante siete meses y que creían erróneamente que en el obispado había una gran cantidad de dinero. El Prelado afirmó que las colectas de las parroquias no son enviadas a esta sede eclesial.