"Hoy, cuando se habla tanto de derechos humanos, debemos empezar por defender el derecho a la vida", sobre todo de los más débiles y vulnerables, fue el llamado los obispos de Costa Rica a los jóvenes al término de su Asamblea Plenaria realizada del 6 al 10 de agosto.
El pasado 8 de agosto grupos pro aborto pidieron al presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, firmar la norma técnica para el aborto terapéutico, práctica permitida por el artículo 121 del Código Penal en los casos de peligro para la vida de la madre.
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Según los grupos abortistas, este artículo no se puede aplicar por falta de un protocolo técnico. Sin embargo, hasta el momento el mandatario no ha dicho si firmara una norma para este tipo de aborto.
En su mensaje, los obispos agradecieron a los jóvenes creyentes y no creyentes por su valentía para defender la vida humana desde la concepción "con sus testimonios, argumentos y acciones. "Una nación democrática y moderna debe tener la capacidad, el ingenio y la creatividad, de buscar soluciones nuevas que resuelvan los problemas sin necesidad de matar o 'interrumpir' vidas de seres humanos", señalaron los prelados.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECR) reconoció que "hay mucho por hacer para acompañar y ayudar a las mujeres que viven un embarazo inesperado, en especial a tantas mujeres jóvenes que han sido víctimas de la violencia, abandono, y tantas otras realidades de pobreza y exclusión".
Sin embargo, señaló que es urgente tener una mirada amplia "a tantas situaciones que no se deben separar: la defensa del niño por nacer, el respeto a la mujer y el cuidado de su vida, el inmenso valor de la familia y la vida amenazada de tantas personas".
En ese sentido, recordaron las palabras del Papa Francisco en su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, en la que afirma que la defensa del inocente que no ha nacido "debe ser clara, firme y apasionada, porque allí está en juego la dignidad de la vida humana, siempre sagrada, y lo exige el amor a cada persona más allá de su desarrollo".
En su mensaje del 10 de agosto, los obispos también pidieron abordar la problemática del desempleo juvenil y la falta de oportunidades para estudiar.
Además hicieron un llamado a respetar la libertad religiosa. "Hacemos una invitación a los centros de estudios superiores para que continúen favoreciendo, bajo los criterios de honestidad intelectual, el respeto a la tolerancia religiosa, en ellos se forman muchos de los jóvenes, y en ocasiones experimentan rechazo o burla por ser creyentes", señalaron los obispos, que invitaron "a estos jóvenes (…) a seguir siendo testigos del Evangelio".
Asimismo, recordaron a los padres de familia su papel "de tutelar los valores con los que sus hijos son formados, asegurándose de que se garantice un derecho del que poco se habla: la libertad religiosa. Donde en muchas ocasiones se cuestionan los valores forjados en el hogar, como si ellos no fueran parte esencial de la constitución formativa de la juventud, dejando al joven vulnerable ante propuestas efímeras".
Finalmente, la CECR animó a los sacerdotes y religiosos a seguir acompañando a los jóvenes, y animó a estos a seguir el ejemplo de la Virgen María, quien acogió la Palabra, la conservó y meditó en su corazón.